Los gobiernos nacional y de la Ciudad de Buenos acordaron este jueves el traspaso del Servicio Penitenciario Federal a la administración porteña.

Encabezados por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el jefe del Gobierno de la Ciudad, Jorge Macri, ambos equipos se reunieron en la sede de la cartera nacional para comenzar a trabajar en la transferencia de las competencias.

De esta manera, cuando termine de concretarse la medida, la Ciudad estará a cargo de la ejecución de las penas privativas de la libertad y la guarda de detenidos en forma cautelar por delitos no federales cuyo juzgamiento está a cargo de la Justicia Nacional en lo Criminal y Correccional y de la Justicia Penal, Contravencional y de Faltas.    

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Bullrich estuvo acompañada por el subsecretario de Asuntos Penitenciarios, Julián Curi, y la directora nacional de Modernización del Sistema y la Arquitectura Penitenciaria, Desirée Barczuk.    

Junto a Macri, en tanto, asistieron el jefe y el vicejefe de Gabinete de la Ciudad, Néstor Grindetti y Gabriel Sanchez Zinny, respectivamente, y los ministros de Justicia, Gabino Tapia, y de Seguridad, Waldo Wolff.

El traspaso era un reclamo que la Ciudad había explicitado a viva voz, ante la dramática situación de la sobrepoblación de presos en comisarías porteñas.

La gestión porteña tenía el plan de construir pabellones en la cárcel de Marcos Paz, en territorio bonaerense, para alojar a presos porteños, pero el plan de inversión viene demorado desde la administración de Horacio Rodríguez Larreta.

La idea, que hace poco salió nuevamente a licitación, era mudar la población de la cárcel de Devoto y de algunas comisarías superpobladas.