La centralidad de Cristina Fernández de Kirchner en la arena política que comenzó con el pedido de condena en la causa “Vialidad” escaló en la última semana con los incidentes en las inmediaciones de su casa en Recoleta y cobró un nuevo impulso con sus recientes declaraciones a un grupo de legisladores oficialistas que la visitaron en el Senado, donde planteó la necesidad de “repensar” la autonomía porteña.

“De repente, una policía política se ha apoderado de la seguridad de las calles. Esto debe ser replanteado”, señaló, respecto a lo ocurrido en Juncal y Uruguay. “Deberíamos replantearnos el funcionamiento jurisdiccional, de cómo se debe ejercer la jurisdicción y cuál es el rol del Gobierno federal en una ciudad como esta, porque la Constitución no habla de autonomía, se habla de que se dicte un estatuto, y porque esta ciudad es la capital de todos los argentinos”, argumentó. ¿Cuál es la discusión de fondo y cuál sería el camino institucional para modificar la autonomía?

El repudio de Larreta. En clave de esta nueva polarización circunstancial entre el jefe de Gobierno porteño y la Vicepresidenta, Horacio Rodríguez Larreta rechazó la propuesta de la exmandataria. “Ella quiere controlar y manejar la Ciudad, olvidarse lo que dice la Constitución. Se sacó la careta, ya lo venía insinuando de distintas maneras. Yo quiero dejar tranquilos a los porteños: los vamos a defender. No vamos a permitirle a Cristina Kirchner se quede a la fuerza con el manejo de la Ciudad”, esgrimió. Al alcalde porteño lo respaldaron una gran cantidad de funcionarios y dirigentes de Juntos por el Cambio en las redes.

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Reforma 1994. La reforma constitucional de 1994, en la cual participó CFK como convencional constituyente, estableció en su artículo 129 que “la ciudad de Buenos Aires tendrá un régimen de Gobierno autónomo con facultades propias de legislación y jurisdicción, y su jefe de Gobierno será elegido directamente por el pueblo de la ciudad”. En esos términos, el abogado Andrés Gil Domínguez comentó en Twitter que “constitucionalmente hablando no hay nada que discutir sobre el alcance de la autonomía de la CABA. Es una ‘ciudad constitucional federada’, según consolidada jurisprudencia de la CSJ y ocupa el mismo lugar que las provincias en la silueta federal”. En tanto, quitarle la autonomía al distrito implicaría una nueva reforma de la CN, algo impensado en el contexto político actual.

Ley Cafiero. Sin embargo, hay otras alternativas. En el artículo 129 también se definió que una ley garantizaría “los intereses del Estado nacional mientras que la ciudad de Buenos Aires sea capital de la Nación”. Dicha norma fue sancionada al año siguiente, en 1995: la Ley Cafiero, que reglamentó los alcances del gobierno local y la preservación de los intereses de la Nación en su territorio.

La ley impulsada por el entonces senador peronista Antonio Cafiero fue objeto de múltiples intentos de derogación por parte de distintas fuerzas políticas, aunque sin éxito. No obstante, es plausible de ser modificada. Así sucedió en 2007 cuando, producto de un acuerdo entre el entonces jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri y el presidente Néstor Kirchner, se aprobó un cambio que permitió a CABA tener su propia Policía. En tanto, para definir nuevamente los límites entre la autonomía de la Ciudad y las potestades de la Nación, el kirchnerismo debería hacerse de los dos tercios en el Congreso para aprobar una propuesta de esa envergadura: un caudal parlamentario con el que hoy no cuenta.