Argentina, entre el "default selectivo" (temporal) y el crítico análisis del FT
La gran incertidumbre luego de los anuncios del ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, era la reacción de los mercados, del Fondo Monetario y de los medios internacionales. Este jueves, la agencia de calificación crediticia Standard & Poor's ubicó a la Argentina en "default selectivo” (SD) para la deuda local y extranjera y en "default” (D) a otras obligaciones a corto plazo.
Sin embargo, la calificación duró menos de 24 horas, ya que pasado el medio día de este viernes el gerente analítico para América Latina, Sebastián Briozzo, confirmó que nuestro país abandonó dicho estado.
En este marco, Briozzo advirtió sobre el futuro, ya que el "default es una realidad y formará parte una vez más de la historia argentina". "La posibilidad de pagar una deuda tiene que ver con la voluntad y capacidad. Hay discusión respecto de la voluntad, del Gobierno actual o el que venga. Por distintas razones la situación financiera se ha complicado de sobremanera y ahora está complicada la capacidad de pago, está muy difícil", agregó.
El jueves, la agencia explicó que una entidad es calificada con SD o D cuando se entiende que el país será incapaz de cumplir con sus obligaciones de deuda, ya sea a través de un pago atrasado o incompleto o un rechazo total.
En su comunicado, S&P menciona las vulnerabilidades crediticias de Argentina que llegan de un entorno financiero que se deteriora y de la pérdida de confianza de los mercados sobre lo que hará el próximo gobierno.
Esto ya había sido anunciado por el diario británico Financial Times, quien tras criticar las medidas anunciadas por Lacunza advirtió sobre un "noveno default soberano”. El medio británico analizó que, tras la propuesta de reperfilar la deuda, "el peso se desplomó y los rendimientos de los bonos se dispararon”.
"El presidente Macri pidió calma y diálogo con la oposición, mientras Argentina busca evitar un noveno default soberano pidiendo a sus acreedores, incluido el FMI, más tiempo para pagar $ 101 mil millones de dólares en deudas”, detalló.
Incluso, tras la contundente derrota electoral y la posterior devaluación, tanto la agencia Fitch Ratings como la propia S & P le habían bajado la calificación a nuestro país.