Acusaciones, golpes y pase de facturas: tenso cruce entre Stiuso y Berni en Patio Bullrich
El ex agente de la SIDE Jaime Stiuso se cruzó al senador provincial Sergio Berni en el Patio Bullrich y protagonizaron un tenso cruce.
Stiuso, uno de los hombres que supo ser adlátere de Cristina Fernández de Kirchner mientras estuvo al frente de la ex Secretaría de Inteligencia del Estado, se cruzó con el exsecretario de Seguridad en un centro comercial y se enfrentaron públicamente.
Según trascendió, Berni iba a reunirse con Santiago Montoya, ex titular de Agencia de Recaudación de la Provincia de Buenos Aires (ARBA), cuando vio al ex espía y se acercó a saludarlo.
Allí, comenzó un incidente verbal, que también incluyó un par de cachetazos. Tal como describió la revista Noticias, Stiuso reaccionó de forma violenta acusando al militar de “caradura”. “Rajá de acá. Vos le hiciste un seguimiento a mis hijas, ¿cómo te da la cara para saludarme?”, le habría dicho el ex director general de Operaciones de la ex SIDE, al tiempo que quiso golpearlo.
“No me tocó. Un pibe que lo acompañaba tuvo que salir a separarnos”, aclaró Berni consultado por el confuso episodio. Pese a que públicamente no había habido antes ningún indicio de una enemistad entre ellos, Stiuso sí se separó bruscamente del kirchnerismo.
El quiebre de esa relación fue la firma del Memorándum de Entendimiento con Irán en enero de 2013, acción que Stiuso interpretó como una mojada de oreja: la causa AMIA era suya. En julio de ese año, el Grupo Halcón mató a Pedro “Lauchón” Viale, y en una nota en Clarín, aclaró que la Policía bonaerense en realidad había ido a asesinarlo a él.
Un año después, en diciembre de 2014, fue apartado de la fuerza luego de que la expresidenta decidiera dejar acéfalo el organismo. En enero de 2015 aparece muerto el fiscal de la causa AMIA Alberto Nisman, momento en el cual, tras presentarse a declarar en la Justicia, partió hacia Estados Unidos, para retornar al país una vez finalizado el gobierno kirchnerista.
Pese a que la ¿casual? confrontación no pasó a mayores y ninguno prometió una secuela, ambos constituyen –desde las sombras o frente a las cámaras– símbolos de un poder que no se guía por elecciones, sino por lealtades, influencias y favores. ¿Habrá segundo round?