El aborto es un tema con el que Mauricio Macri no quiere lidiar. Aunque habilitó el debate, se limitó a pronunciarse "a favor de la vida" y evitó cualquier intervención posterior: ignoró el pedido de sus diputados proaborto en la madrugada del 14 de junio, cuando la ley no salía, y tampoco vetará la ley si se aprueba en el Senado el próximo 8 de agosto.

Este fin de semana, la Iglesia se puso al hombro la campaña contra la legalización y busca empujar a Macri al lugar que quería evitar: el de ser, eventualmente, el responsable de que el aborto sea legal en Argentina. 

A ese rincón intentó llevarlo el nuevo arzobispo de La Plata, Victor "Tucho" Fernández, al invitarlo a vetar la ley en el sermón del Tedeum del 9 de julio. De paso, también hizo una fuerte crítica al modelo económico y pidió tender puentes entre el radicalismo y el peronismo. Marcos Peña le contestó ayer: "Dar un debate republicano implica respetar ese acuerdo y por supuesto no vetar la ley".

La Iglesia prefiere, en este contexto, acercar posiciones con los amigos, no con los enemigos. Por eso los obispos recibieron esta mañana, en el mismo lugar donde habían citado a Peña, a los diputados que votaron en contra el 14 de junio. El jefe de Gabinete, a pesar de que se manifestó en contra de la interrupción voluntaria del embarazo, es visto con desconfianza por los obispos que responden a Francisco. Su rol de vocero del rechazo de Macri al veto no lo ayudó.

Otro que salió en auxilio del presidente este fin de semana fue el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. "Quiero presentarme ante Dios como Jefe de Gobierno, consagrando mi vida, mi gestión y la Ciudad de Buenos Aires al cuidado del Sagrado Corazón de Jesús", dijo durante el acto en la Catedral porteña el lunes.

Como con otros temas, no hay en el oficialismo una única lectura sobre el rol de Macri en el tema aborto. En el ala "verde" destacan que haya habilitado el debate, mientras que en el ala "celeste" intentan sostener la teoría de que el presidente fue engañado. Tampoco con respecto al rol de la Iglesia: algunos minimizan la presión ejercida por los curas, mientras que otros, como el radical Facundo Suárez Lastra, calificaron como "lamentable" el papel de la curia.