25 minutos de reunión incómoda con el Papa y espera impaciente por el FMI: la suerte de Alberto depende de Georgieva
En el quinto día de la gira europea, Alberto Fernández se reunió con el Papa Francisco en el Vaticano. El encuentro fue escueto -duró 25 minutos- y representó el primer diálogo entre ambos tras la aprobación del aborto en Argentina, medida firmemente rechazada desde la Santa Sede. Más allá de los protocolos formales, el Presidente habló con gesto adusto ante la prensa al informar que recolectó el apoyo de Bergoglio en la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI). El mandatario extendió un día su viaje a la espera de reunirse con su directora, Kristalina Georgieva.
"Hablamos de todos los problemas que aquejan al mundo y a la Argentina. Le comenté lo que estábamos haciendo, cómo avanzamos en las negociaciones y, como siempre hace, me expresó su idea de apoyarnos en todo lo que pueda", describió brevemente el Presidente ante los medios argentinos acreditados. “Fue un muy lindo encuentro; hacía un tiempo que no lo veía y reencontrarlo fue muy grato para mí", agregó.
Más allá de los gestos de Fernández tras el cónclave, en el que sobrevoló una omnipresente incomodidad por las públicas discrepancias de Francisco con la interrupción del embarazo, las conclusiones son positivas. El mandatario argentino, a sabiendas de la influencia mundial del Sumo Pontífice, aprovecha la foto para posicionar a Argentina ante sus principales acreedores, el Club de París y el FMI. Ése, en definitiva, es el objetivo primordial de la gira.
Quien dio los primeros pasos concretos con el Fondo fue el titular de Economía, Martín Guzmán, que hasta ahora conservaba un bajísimo perfil en el viaje. Hace pocas horas, estuvo reunido con el funcionario del FMI Julie Kozack, uno de los encargados de la negociación con Argentina.
Ahora, los esfuerzos están concentrados en lograr un encuentro formal con Georgieva, algo que aún no se confirmó oficialmente. “Si coincidimos en el viaje con Kristalina, tal vez podamos vernos", había declarado Fernández en España. La coincidencia geográfica está y también la extensión del viaje. Un eventual rechazo de la directora general del FMI sería un desaire que le bajaría el precio a los apoyos cosechados en estos días y empantanaría las negociaciones por la deuda.