Tras permanecer prófugo durante casi un año y medio, el narco peruano Raúl Martín Maylli Rivera, apodado “Dumbo”, llegó este miércoles a Argentina, luego de ser extraditado desde Perú, en donde fue apresado en octubre del 2022.

El peruano arribó a Buenos Aires procedente de Lima, acompañado por efectivos de la Interpol local y en el marco de un estricto operativo montado por la Policía Federal.

El narco más buscado en el país, quien tenía una poderosa banda que operaba en Villa Lugano y la Villa 1-11-14 del Bajo Flores, fue llevado a una alcaidía de la Policía Federal, donde aguardará ser indagado por el juez federal Julián Ercolini.

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"Dumbo" está acusado por los delitos de "comercio de estupefacientes agravado por haber intervenido tres o más personas organizadas, por la intervención de menores de edad y por haberse cometido en inmediaciones de establecimientos donde se realiza actividades deportivas; organización o financiación de actividades relativas al comercio de estupefacientes, su ingreso al territorio nacional y contrabando; y acopio de armas de fuego y municiones".

A principios de septiembre de este año, fueron condenados en un juicio oral 20 integrantes de su banda, entre ellos su hijo y otro menor de edad.

El arresto de Maylli Rivera, de 42 años, por quien el Gobierno ofrecía una recompensa de $5 millones, se concretó la madrugada del 28 de octubre del año pasado en Parque San Silvestre, en la capital de Perú.

El narco había fingido su muerte por Covid-19 con un certificado falso y una lápida con su alias en el cementerio de Flores, pero los efectivos que estaban tras sus pasos no cayeron en el engaño.

En Villa Lugano, "Dumbo" y su banda tenían el dominio del narcotráfico en la denominada "Platea 11" del Complejo Habitacional Padre Carlos Mugica y del asentamiento Bermejo, que está cruzando la calle.

Según el requerimiento de elevación a juicio al que fueron sometidos y condenados los integrantes de la organización, los miembros de la banda de "Dumbo" "exhibían armas de fuego y hasta hacían disparos al aire para amedrentar a los vecinos" y evitar de esa manera ser denunciados.

"La organización llevaba un registro en cuadernos de las ventas de cocaína ("alto"), pasta base ("bajo") y marihuana ("faso"), los gastos y la asistencia y función que desempeñaba cada miembro”, comentaron los investigadores.