Procesaron a Emerenciano Sena y a Marcela Acuña por trata de personas a raíz de una denuncia en 2010
La medida fue dictada por la jueza federal Zunilda Niremperger, quien además les impuso un embargo de $31 millones.
Emerenciano Sena y su pareja, Marcela Acuña, fueron procesados por trata de personas con fines de explotación laboral a trabajadores, en el marco de la construcción de viviendas en el programa "Sueños Compartidos". La denuncia fue realizada en 2010 por el apoderado de la Fundación Madres de Plaza de Mayo contra el matrimonio y el dirigente Osmar Quintín Gómez, este último detenido por el supuesto abuso sexual de una docente.
La medida fue dictada por la jueza federal Zunilda Niremperger quien además les impuso un embargo de $31 millones.
En el marco de la construcción de viviendas a nivel nacional, el programa "Sueños Compartidos" era la planificación de casas en el predio de un campo de tiro, en avenida San Martín al 3500 de la ciudad de Resistencia, a partir de un convenio entre la provincia del Chaco y la Fundación Madres de Plaza de Mayo.
En contrapartida a esto, los trabajadores recibieron una beca del programa "Chaco por vos" de $500 mensuales, los cuales percibieron durante diciembre de 2008 y los dos primeros meses de 2009. Según la denuncia, Sena les dio la orden de que no fueran más a cobrar la beca porque tenía que dársela a otros.
Sumado a eso, los trabajadores denunciaron que tras ser contratados por Sena, Acuña o Quintín, estos le prometían trabajo registrado y una vivienda para sus familias, algo que nunca ocurrió.
Según constató la investigación a cargo del fiscal federal de Resistencia, Patricio Sabadini, los acusados no respetaban la jornada laboral de 8 horas, obligándolos a permanecer más tiempo.
Además, el pago era a condición, es decir, si cumplían con la orden de Sena. Una vez que les abonaban, también los obligaban a entregar a los acusados una parte para la compra de alimentos, y herramientas, pero también hacer gorras, banderas y camisetas del movimiento piquetero que lideraban.
Por otra parte, debían aportar dinero para conformar un fondo de asistencia para los compañeros que no tenían y a algunos les hacían firmar los recibos de sueldo por la suma de $1.500 y solo les entregaban $1.000.