Durante una rutina de vigilancia en la Alcaidía 8 bis del barrio porteño de Villa Lugano, celadores frustraron los planes de fuga de un grupo de presos, tras descubrir el inicio de un boquete.

La sospecha comenzó luego de que los efectivos escucharan ruidos inusuales durante la noche, por lo que decidieron activar el protocolo de seguridad y convocar a personal de la División Unidad Táctica de Intervención de Alcaidías (DUTIA).

Por el episodio, las autoridades pusieron la lupa sobre ocho reclusos, a quienes les hicieron una minuciosa inspección. En medio de la investigación, descubrieron dos pequeños orificios que aparentemente serían el inicio de una posible vía de escape y secuestraron una punta de hierro de ocho pulgadas con la que habrían comenzado el hueco en la pared.

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Sucesivamente, los efectivos sustrajeron marihuana y cocaína en poder de los detenidos. Para descartar otras irregularidades, revisaron los techos, paredes, puertas y rejas de las instalaciones policiales.

El episodio rememoró lo sucedido semanas atrás en una dependencia ubicada en el barrio porteño de Liniers, más precisamente en la Alcaidía 9 de la Policía de la Ciudad, en vísperas de la Nochebuena, cuando 17 presos escaparon por un boquete.

En total, de ese grupo recapturaron a siete delincuentes, pero otros siguen prófugos. El último hallado fue Maximiliano Sergio Cordero, de 25 años y quien estaba refugiado en la casa de su novia en una villa en la localidad bonaerense de Tortuguitas, partido de Malvinas Argentinas.

Debido a esa fuga, el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, apartó a los jefes de la cúpula policial, Pablo Kisch y Jorge Azzolina, quienes fueron reemplazados por el Comisario Mayor Diego Casaló y la Comisaria Mayor Carla Mangiameli.