Para llegar a la Intendencia de Rosario en 2019, Pablo Javkin supo construir una imagen de continuidad y cambio. Continuidad porque era el candidato del Frente Progresista Cívico y Social (Fpcys) que prometía recuperar la mejor tradición de Hermes Binner. Y renovación porque se enfrentó a la estructura del socialismo, que desde 1995 gobernaba esa ciudad. Javkin es el primer intendente no socialista que rompió con esa hegemonía interna.

Fue construyendo su triunfo a fuerza de elecciones y un cursus honorum que comenzó en el secundario y siguió en la Universidad Nacional de Rosario (UNR) militando en Franja Morada. Allí definió su perfil reformista. Ocupó todos -o casi todos- los honores que ofrece la política estudiantil hasta que en 1998 alcanzó la presidencia de la Federación Universitaria Argentina (FUA), lugar que desde el retorno de la democracia ostentan los morados.

En ese rol logró dos cosas: gestó una red de contactos a nivel nacional, que complementó más tarde con instancias formativas en la Fundación Universitaria del Río de la Plata (FURP) y otras instituciones. Y forjó un vínculo estrecho con Raúl Alfonsín. Años atrás había sido el impulsor del doctorado Honoris Causa que la UNR le entregó al expresidente.

En el 2000, ya en el Gobierno de la Alianza, Javkin debutó en la política partidaria. Dejó los claustros universitarios, aunque conservó su buena relación. Ese año viajó como delegado de la Unión Internacional de Juventudes Socialistas (IUSY) a Suecia con otros dirigentes, entre los que se contaba el actual gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés. Como dato de color esa delegación consiguió la autorización del Gobierno sueco para hacer un asado para 3.000 personas en un parque nacional.

Mientras todavía se encontraba como presidente de la Juventud Radical -lugar al que accedió con el apoyo del alfonsinismo y en el que permaneció hasta el 2002-, accedió a su primer cargo electivo en 2001 como concejal de Rosario.

Recorrido propio

La implosión del radicalismo tras la caída del expresidente Fernando De La Rúa lo eyectaron del partido -como a tantos otros dirigentes- a nuevo horizonte: Elisa Carrió y el ARI. La exdiputada nacional acumulaba capital electoral propio por esos años. En 2003 había sacado 14 puntos en las presidenciales.

Rápidamente supo convertirse en el referente del ARI en Santa Fe, donde estuvo durante dos años presidente del partido en el distrito. En 2007 fue electo diputado provincial por esa fuerza en el Fpcys. En la Cámara baja provincial, Javkin fue el autor del cambio más trascendente del sistema electoral santafesino, la boleta única, que finalmente se utilizó por primera vez en el país en 2011. A diferencia de Córdoba -que la sancionó antes pero la implementó después- en Santa Fe hay una boleta por cada cargo electoral en lugar de una sola planilla.

Javkin tuvo su primera interna en 2011. A sabiendas de su resultado adverso, compitió por la candidatura a senador contra Miguel Lifschitz, quien abandonaba la intendencia de Rosario y estaba sembrando su camino para desembarcar cuatro años tarde en la Casa Gris, la Gobernación santafesina.

Su primera campaña nacional la tuvo en 2013 como cuarto en la boleta de diputados que encabezaba Binner, seguido por el expresidente de la UCR, Mario Barletta, y Alicia Ciciliani. En ese momento comenzó a gestar su segunda interna dentro del Fpcys.

Intentó arrebatarle a Mónica Fein, por entonces intendente de Rosario, su chance de repetir el mandato en 2015 con una interna. El resultado fue ajustado, Javkin sabía que era un trampolín para posicionarse de cara al 2019. Fein contaba con el apoyo del oficialismo del Fpcys, pero él consiguió una campaña hiperlocal y dejar un mojón de su voluntad para dentro de cuatro años. El resultado electoral le permitió sentarse en la mesa de toma decisiones.  Allí formó por primera vez una sociedad con la radical María Eugenia Schmuck, quien lo acompañó en la fórmula interna y lo volvió hacer en 2019. Ahora es la presidenta del Consejo Deliberante. En 2018 Javkin logró la autonomía política y fundó su propio partido: Creo, que forma parte del Fpcys.

Intendencia

Para llegar a la Intendencia de Rosario, Javkin tuvo que superar dos test electorales. Ambos triunfos fueron ajustadísimos. Primero derrotó a la candidata del socialismo Verónica Irízar por cinto puntos en la interna del Fpcys. Semanas después por menos de 8 mil votos le ganó al candidato del peronismo Roberto Sukerman, mientras el socialismo veía como se le escurría la Gobernación.

Ya en la Intendencia, Javkin se enfrentó a una ciudad con grandes problemas financieros heredados de la gestión de Fein. Se encontró con una administración copada por referentes y dirigentes del socialismo, después de años y años de gestión. Y trazó un acuerdo con un sector del PRO en el Consejo Deliberante para lograr gobernabilidad en la ciudad.

Javkin, el reformista que le ganó la pulseada al socialismo en Rosario

A casi un año de asumir a Javkin le tocó debutar en la gestión con al pandemia. El contexto sanitario le sirvió para mostrar un buen diálogo con el gobernador Perotti, con quien ya tenía una relación, y posicionarse como un referente nítido de la oposición. Cuando Rosario debió volver a fase 1 a principios de septiembre, hicieron el anuncio juntos. También viajaron a Buenos Aires para acordar el plan de seguridad junto al presidente Alberto Fernández para combatir el narcotráfico en esa ciudad, que ya contabiliza más de 178 asesinatos en esa ciudad en lo que va del año. Antes de asumir Javkin, Perotti y Fernández ya habían tenido su primera fotografía juntos.

Su gestión tiene dos pilares fundamentales: Schmuck, presidenta del Concejo Deliberante y Franco Bartolacci, su esposo y flamante rector de la UNR. El matrimonio Bartolacci-Schmuck es una pieza clave en sus definiciones políticas.

Javkin construyó su esquema de poder basado en sus inicios de militancia en la Franja Morada y reflotó el vinculo con el radicalismo -en su versión reformista-. Esa alianza es que la que busca recuperar para el Fpcys, que se dinamitó tras la gestación de Cambiemos y quedó expuesta en la última elección provincial cuando socialistas y radicales fueron en con candidaturas separadas.

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El intendente rosarino tiene el desafío de gestionar por primera vez y en una ciudad complicada, atravesada por el narcotráfico y la crisis económica. A eso tiene que agregarle el proyecto de lograr reconfigurar una alianza no peronista en Santa Fe, desde un espacio nuevo que aún no cuenta con una estructura desarrollada. No serán tareas sencillas.