Enrique Piñeyro no es un piloto más cuando se habla de la tragedia de LAPA. Empleado durante 10 años de la compañía protagonista de una de las catástrofes aéreas más significativas de la historia argentina, el ex aviador no solo anticipó textualmente a los líderes de la aerolínea que una falla sucedería, si no que lo probó con cientos de documentos que mostraban el pésimo mantenimiento de los aviones que terminó causando el despiste del vuelo 3142 el 31 de agosto de 1999.

Hoy se cumplen 19 años desde aquel día donde 65 personas fallecieron en Aeroparque cuando la aeronave, al querer despegar, se estrelló e incendió. 

A casi dos décadas de su renuncia a Líneas Aéreas Privadas Argentinas, dos meses antes del accidente, el piloto reflexionó en una entrevista exclusiva con El Canciller cómo ve la situación actual.

Mientras prepara el estreno de su quinta temporada de teatro con “Volar es humano, aterrizar es divino” (7 de septiembre en el Teatro Maipo), el ex aviador profesional se dedica ahora a sus otras varias facetas como actor, director de cine y, la más novedosa, chef para la cual abrirá próximamente su restaurante Anchoita. “Creo que todos deberíamos aplicar la metodología de la aviación al resto de la vida y seríamos mucho más cuidadosos”, reflexiona entre ollas y pruebas de platos exquisitos.

Nuevamente en 2018, las aerolíneas son un tema de debate con la apertura del mercado interno a las compañías low cost extranjeras. “Toda esta invasión de low cost no está generando nada positivo. Es mentira que democratizan”, opina Piñeyro indignado.

Enrique Piñeyro: No está bien. A ver, para aclarar, no hay ningún peligro de tomarse un avión. Pero entre LAPA, SOL y AUSTRAL tenemos una tasa de accidentalidad propia de la banda media para abajo de los países africanos y no tenemos hambrunas, sequías ni ninguna guerra tribal.

EP: No tenemos infraestructura para tal proyecto. Planean el desembarco de estas empresas, triplicar los pasajeros y no tenemos un radar de aproximación en Aeroparque. ¡Habilitan Palomar! Un aeropuerto más en medio de un enjambre: tenés San Fernando, Aeroparque, Morón (hacen instrucciones los pilotos principiantes), el militar en Campo de Mayo y Palomar en el medio de decenas de despegues y aterrizajes. Cuando vas a las low cost extranjeras, le dan los aeropuertos más alejados, no tiene sentido que operen a 5 minutos de los tradicionales porque haces una congestión de tráfico complicada en fase de maniobra. 

Sin embargo, lo que más indigna al piloto es la última medida del gobierno en este asunto: la liberación de la tarifa mínima. “¡¿Qué están diciendo?! Un vuelo seguro tiene un costo mínimo. Al liberarlo le decís a la compañía: “hagan lo que ustedes quieran”. Porque estas no son como Easy Jet o alguna líder europea, que tiene todo un esquema financiero en donde te pueden probar que bajaron el costo porque de otra forma ganan el dinero que no le cobran al pasajero”, explica. 

EP: Exacto. Pero acá es inexplicable. ¿Dónde ganas si no es en el pasaje? Casinos abordo no tenés y tampoco tenemos tráfico para tener 7 líneas aéreas. Te apuesto que, dentro de diez años, de estas 5 low cost no queda ni una. Porque muchas veces fue una estrategia. ¿Te acordás de Air Madrid? Vendieron pasajes a lo pavo, sacaron todo ese cash, declararon la quiebra y pidieron convocatoria.

EP: Por eso, el cuento de las low cost ya lo viví.

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EP: Ninguno, ni siquiera absueltos. Fue el juicio más largo de la historia argentina. Hubo 2000 testigos, cuando en el Juicio a las Juntas lo resolvieron con 300. 

EP: Sí, estuve mucho en contacto y me quedé con un amigo importante.

EP: No, ya está prescripto. La única opción viable es dejar el testimonio para que en el legado se sepa la verdad de la historia: la justicia argentina corrupta logró esto. Igualmente, no todos los jueces fueron corruptos, hubo dos, Martino y Hornos, que fallaron que todos eran culpables y con penas de prisión efectiva. Pero el resto son delincuentes, lo digo así, criminales responsables de la muerte de 65 personas. El 31 de agosto, para mí, es el día de la impunidad.