“Hablá de Dios todo el tiempo. Y cuando sea necesario, hacelo con palabras”. Este es el primer consejo que recuerdo me dio el padre Jorge Bergoglio cuando el adolescente que era yo se confesaba con el cura jesuita que era él en la Iglesia del Salvador en Buenos Aires, hacia fines de la década del 80. Pasaron los años, va pasando la vida, y aquí, casi treinta y cinco años después, lo recuerdo y me impacta ver cómo el mismo hombre de entonces sigue a rajatabla aquel principio de acción que me enseñó hace tanto tiempo. 

Francisco habla de Dios con su vida. Siempre. En todo. Y cuando es necesario lo hace también con palabras.

En estos diez años de pontificado vimos a un Papa rico en gestualidad real y simbólica. Menciono solo algunos y a modo de ejemplo:

  • El primer viaje como Papa a Lampedusa (la isla de los refugiados, en el Mar Mediterráneo, que dirá el Papa, se convirtió en un “cementerio de inmigrantes”).
  • El encuentro de oración en 2017 en el Vaticano con el presidente israelí Shimon Peres y líder palestino Mahmud Abbas, invitados a rezar con él por la paz en Medio Oriente.
  • En abril de 2020, en su casa de Santa Marta, que impactó y emocionó a todos los presentes cuando, anciano y achacoso, se arrodilló -se tiró al suelo, literalmente- para besar los pies de los líderes enfrentados en una feroz guerrilla en Sudán del Sur, con el fin de alentar el proceso de paz en el país africano.
El Papa Francisco en Lampedusa, durante su primer viaje como jefe de la Iglesia.
El Papa Francisco en Lampedusa, durante su primer viaje como jefe de la Iglesia.

Y podríamos mencionar tantos, tantos más… algunos muy pequeños, como cuando en la Plaza San Pedro, en enero de 2014, reconoció entre la multitud que lo vitoreaba a un viejo e ignoto conocido suyo -que era yo- e hizo detener el Papamóvil para invitarme a subir con él.

“En enero de 2014, reconoció entre la multitud que lo vitoreaba a un viejo e ignoto conocido suyo -que era yo- e hizo detener el Papamóvil para invitarme a subir con él.”

Grandes y pequeños gestos entretejen la belleza del mensaje de Francisco, que quiere hablar de amor, de paz, de amistad, de fraternidad, en definitiva, de Dios, de todas las maneras posibles.

Y así como se dice que los jueces hablan a través de sus sentencias, los Papas tradicionalmente hablan a través de sus documentos. Sin embargo, Juan Pablo II introdujo la novedad de los reportajes en el avión de las giras papales y Benedicto XVI concedió un par de entrevistas que luego se convirtieron en libros. Pero Francisco fue más allá. Fue mucho más allá y eligió a la prensa y a los medios como forma privilegiada de comunicarse con el mundo.

Las entrevistas que estamos viendo en estos días en nuestro país, como la de Daniel Haddad,  Elisabetta Piqué y Guillermo Marcó, muestran una elección clara del Papa de querer comunicarse con los argentinos allí donde los argentinos están: los medios de comunicación masiva. 

Francisco, en el "Minuto por la paz": lo acompañan Shimon Peres, Mahmoud Abas y Bartolomé I.
Francisco, en el "Minuto por la paz": lo acompañan Shimon Peres, Mahmoud Abas y Bartolomé I.

Pero ya desde el 2013 Francisco ha elegido a la prensa para comunicar. En su primer encuentro con los periodistas en el Vaticano, a los tres días de ser elegido Papa, Francisco regaló quizás su primer gran titular: “Ah… ¡Cómo quisiera una Iglesia pobre y para los pobres…!” a la vez que también allí señaló, en ese mismo encuentro, cuáles serían los cuatro grandes temas alrededor de los cuales giraría todo en su Pontificado:

  • La reforma y renovación de la Iglesia y de sus estructuras.
  • Su trabajo por la paz mundial.
  • Su cuidado y preocupación por la grave crisis ecológica y ambiental
  • Su incansable prédica en favor de la dignidad y los derechos de los más pobres del mundo.

Francisco es verdaderamente un hacker social. Y sí, su primer gran púlpito mundial fue una entrevista que le hizo Eugenio Scalfari, periodista y político italiano, intelectual, ateo y militante de izquierda para su diario La Reppublica. Allí, el Papa le habló sobre temas como la pobreza, la justicia social y el papel de la Iglesia en el mundo. Cabe decir que para muchos ese fue un verdadero motivo de escándalo: “que hace un Papa en ese diario de zurdos…”.

“Creo que él es un Papa Apple, un “hombre smartphone”, pensado para que sea sumamente sencillo de acceder y comprender pero con una tecnología extremadamente compleja y precisa detrás”.

En 2014 se da una importante entrevista concedida a Joaquín Morales Solá para La Nación. donde el Papa habló sobre temas como la economía global, la globalización y la situación de los inmigrantes en el mundo.

Y así también otros reportajes concedidos a medios de relevancia mundial donde el Papa ha ido dando a conocer su visión de Dios, del mundo, de la historia, a la vez que señalando caminos y rumbos. El Papa le habla al mundo de Dios, y lo hace en un lenguaje que todos pueden comprender.

Santa Marta, abril de 2020: Francisco lava los pies de doce presos.
Santa Marta, abril de 2020: Francisco lava los pies de doce presos.

Me gusta decírselo. Creo que él es un Papa Apple, un “hombre smartphone”, pensado para que sea sumamente sencillo de acceder y comprender pero con una tecnología extremadamente compleja y precisa detrás. Jorge Bergoglio es un intelectual pero no se le nota. Es un filósofo, pero sabe expresarse en términos futboleros. Es un experto exquisito en arte y literatura, pero sabe decir las cosas con la simpleza y precisión de un tanguero o un payador. Es un gran comunicador. Enorme.

Francisco es como un milagro: el de la bondad y de la fe en un mundo en crisis. Francisco es modesto, cálido, cercano. Es simple, claro, directo.

Pero Francisco es también otro milagro: el milagro de la comunicación.