La confirmación de Agustín Rossi como nuevo jefe de bloque del FPV-PJ, relegando a Kicillof, es en principio la confirmación de que ese espacio que pretende nuclear kirchnerismo con un sector del peronismo tradicional dará batalla con el objetivo de sintetizar logros del pasado e identidad con una propuesta de futuro.

Rossi viene de una experiencia de campaña diametralmente opuesta a la que planteó CFK en la provincia de Buenos Aires. Participó de las PASO dentro de "Frente Justicialista" y cumplió con esa idea que pocas veces se sigue de que "el que gana conduce y el que pierde acompaña".

El "Chivo” se puso al frente de una campaña orientada en su totalidad al territorio, con escasos recursos, manejando él mismo su auto por toda la provincia y revalidando un concepto -hoy levemente olvidado- sobre la necesidad de la presencia in situ de los candidatos. Porque los "timbreos" y hablar con la gente no son un invento de Cambiemos ni una ingeniería pensada en una charla TED de Durán Barba.

Rossi fue de los que más sufrió una conducción de CFK cada vez más acotada al círculo de La Cámpora

No es menor su regreso a la presidencia de bloque. Leal como pocos, fue de los que más sufrió una conducción de CFK cada vez más acotada al círculo de La Cámpora, que repetidas veces prefirió otros candidatos, negó fondos para las distintas campañas (tanto a diputado como a gobernador) e incluso disciplinaba vía ex jefes de gabinete, hoy militantes del espacio virtual que encabeza Florencio Randazzo.

Necesitó el Chivo ganar una PASO inesperada (derrotado luego en la general), en medio del contexto nacional favorable a Cambiemos, para poder sentarse con la ex presidenta, lo que le permitió hoy volver a conducir en la Cámara Baja donde es reconocido por propios y extraños.

Queda por verse si esta nueva jefatura permite que el FPV-PJ contenga la mayor cantidad posible de diputados, en medio de los que amenazan con la fuga hace unos años y la nueva configuración política que pone en igualdad de condiciones a todos los que pretenden conducir al movimiento. De esa conformación de bloques junto a lo que suceda en el Senado va a surgir el proceso de síntesis o de disgregación total dentro del peronismo. Una discusión que también será parte del destino de Cambiemos.