A esta altura ya leíste o escuchaste hablar de Fortnite, el juego más popular de la actualidad. También seguro sabés qué es un Battle Royale y que todos los chicos y chicas del mundo están imitando los pasos del baile del juego. Puede que hasta hayas visto algunas notas reportando casos de bullying porque discriminan a niños o niñas que no juegan tan bien. Incluso seguro estás al tanto de sus intentos de volverse un eSport y de los primeros torneos que están organizando. Pero lo que seguro no te veías venir es que ahora padres y madres le están pagando a tutores para que les enseñen a sus chicos a jugar Fortnite como los profesionales. Sí, te da bronca que no se te haya ocurrido primero, lo sé.

Maestros particulares de Fortnite: la inversión de los padres 2.0

Resulta que nadie se quiere quedar atrás de esta fiebre. Fortnite ha generado hasta el momento más de mil millones de dólares de ganancias y casi 320 millones de dólares sólo el mes pasado. Con más de 125 millones de jugadores alrededor del mundo, este juego ha logrado penetrar todo tipo de aristas de la cultura popular y todavía no alcanzó su techo. Ya está disponible en PC, PS4, Xbox One, Nintendo Switch y iOS; pronto estará llegando a Android y es muy probable que sus números se incrementen notablemente. Esto significa que podés jugar Fortnite prácticamente en todos los dispositivos de la actualidad, lo que hace que sea muy difícil encontrar alguien que, aunque sea, no lo haya probado.

Lo que sí es complicado de encontrar es gente que juegue bien. No sé ustedes, pero yo incluso jugándolo bastante seguido no logro mejorar y me siento superado por chicos y chicas más jóvenes que yo y que probablemente tengan más reflejos. En ese contexto, la idea de alguien que nos enseñe a mejorar (y nos cobre por hora) no suena tan loca.

Otro motivo de bullying


Así como muchísima gente paga y pagará por clases de algún instrumento o para aprender algún deporte, tutores están cobrando por llevarte de la mano a poder construir como corresponde en Fortnite y conseguir más victorias royale. Esto está sucediendo por varios motivos. El primero de ellos tiene que ver con la insólita discriminación que sufren aquellos niños y niñas que no son muy hábiles en el juego. Parece que en los colegios es motivo de burla el tener pocas victorias o no poder embocar un disparo. Lamentablemente, no sólo hay presión para jugar Fortnite, sino también para ser bueno en él. Ahí es cuando estos tutores vienen al rescate y se sientan al lado de jóvenes jugadores para que amplíen sus habilidades. Es un motivo totalmente ridículo como para insultar a alguien, pero sucede y ésta es una extraña solución que han encontrado algunas personas.

Unir generaciones


Otro de los motivos tiene que ver con el hecho de unir a generaciones. Quizás sos un padre o una madre que quiere compartir el hecho de jugar Fortnite con tus hijos, pero realmente no sabés cómo hacerlo. No dominás el juego, no entendés las mecánicas, te cuesta construir, no jugaste nunca un battle royale, etc. Para eso contratás a alguien que les enseñe a ambos a poder jugar a la par y así no dejar de tener un vínculo o una actividad para hacer en conjunto. Es una forma de conectar un poco más, ya que inevitablemente van a estar jugando Fortnite, con o sin vos.

Un futuro campeón


Pero una de las razones potenciales para solicitar un tutor puede tener que ver con tratar de impulsar una futura carrera a nivel deportes electrónicos. Probablemente pienses que es algo ridículo, pero quizás en algún momento fue insólito llevar a chicos a escuelas de fútbol. Esto sería algo similar (salvando las distancias) para tratar de llevar nuestras habilidades a un nivel más profesional. Es altamente probable que en un futuro haya escuelas donde enseñen a jugar de manera competitiva a ciertos juegos, esto es simplemente una primera versión de eso que está por venir. Incluso en algunas universidades del mundo se están comenzando a dar becas para desarrollarse a nivel competitivo.


Los tutores son, por lo general, jugadores profesionales que forman parte de algún equipo u organización de esports, o simplemente son personas extremadamente hábiles en el juego. Explican que una típica sesión consiste en jugar, analizar los errores propios, ver estadísticas y también revisar las partidas jugadas de manera detallada, como cuando un equipo deportivo ve videos para analizar al rival. Este servicio es propiciado con algunas empresas que empiezan a ejercer de vínculo e intermediario entre padres que necesitan una ayuda y personas que pueden explicarles cómo ellos o sus hijos pueden mejorar en Fortnite. Es como un Uber pero de asistencia en videojuegos.

Por supuesto que la primera reacción que se tiene ante esta noticia es de incredulidad y nadie podría culparlos por eso. Pero creo que es otro símbolo de lo innegable que son los videojuegos a nivel cultural. Nadie dudaría de tutorías a nivel deportivo, actoral o musical. Ya estamos acostumbrados a que esos servicios existan. A lo mejor simplemente hacía falta un juego con la enorme popularidad y permeabilidad de Fortnite como para que algo así sucediera, pero siempre estuvo claro que eventualmente iba a ocurrir. Pronto colegios o universidades estarán brindando clases referidas a videojuegos, a su cultura, desarrollo, impacto o disfrute. Tampoco faltará mucho para que escuelas de periodismo incluyan a los esports como disciplina. Organizaciones académicas tendrán que adaptarse a un fenómeno cultural que ya hace rato es más que un simple entretenimiento.