La última esperanza: buscan liberar antes a Lula eliminando la doctrina Irurzun brasileña
El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva deberá estar en prisión hasta el 7 de mayo de 2030, luego de ser condenado a 12 años y un mes de cárcel por corrupción y lavado de dinero. Sin embargo, todavía hay una esperanza de que pueda salir antes; incluso, de que lo haga en lo inmediato.
Esta mínima -aunque no imposible- chance para la liberación anticipada de Lula depende del Supremo Tribunal Federal, que puede modificar esta semana la norma que autoriza la prisión preventiva a personas condenadas en segunda instancia que aún disponen de recursos judiciales.
El juez federal Marco Aurélio Mello anticipó que el miércoles 11 de abril pedirá agregar a la agenda judicial un nuevo debate para terminar con las diferencias internas que persisten en la corte sobre esta "doctrina Irurzun brasileña".
La liberación de Lula depende del STF, que puede modificar esta semana la norma que autoriza la prisión preventiva a personas condenadas en segunda instancia.
En la madrugada del viernes 6, el Supremo Tribunal Federal, en una ajustada votación (6 votos negativos contra 5 positivos) había rechazado el hábeas corpus del ex mandatario para evitar la prisión mientras tuviera recursos ante el propio STF o, en tercera instancia, ante el Supremo Tribunal de Justicia.
Para mayor alegría de aquellos que se oponen a la prisión del ex Presidente brasileño, la jueza Rosa Weber, una de las que votó en su contra, se mostró abierta a debatir el tema, incluso a modificar la legislación. Sin embargo, en diálogo con medios locales, aclaró que lo hará siempre y cuando el tema no refiera a una particularidad, sino sea tratado de manera general.
En caso de lograr este cometido, Lula saldría en libertad. Sin embargo, al igual que él, también lo harían todos aquellos que fueron apresados bajo su misma condición. Quiénes no presenten riesgo de fuga, peligrosidad o entorpecimiento en la causa, podrán recuperar su libertad mientras recurren su condena a instancias superiores.
En caso de modificar la legislación, Lula saldría en libertad, pero también lo harían todos aquellos que fueron apresados bajo la misma condición.
La condena fue dictada por el juez Sergio Moro, figura emblemática de Lava Jato, quien consideró a Lula beneficiario de un apartamento de lujo ofrecido por la constructora OAS a cambio de facilidades para obtener contratos con Petrobras.
Mientras tanto, el Partido de los Trabajadores (PT) y varios movimientos sociales montaron una vigilia permanente en las inmediaciones de la sede policial de Curitiba, donde su líder se encuentra encarcelado.