Después de un jueves negro y un viernes algo más calmo, pero con una leve suba del dólar, el Gobierno encendió las alarmas y durante todo el fin de semana la Quinta de Olivos fue una cumbre de reuniones, contrarreloj, en busca de un freno para la crisis.

Como era de preever, frente a esta situación, el país está en vilo y los parásitos y amorales aprovechan la ocasión para viralizar especulaciónes, fake news y falacias, con un solo fin: el caos. Uno de ellos fue el panelista -ni periodista es digno de la ignorancia y un fanatismo que lo recubre- Diego Brancatelli, que difundió un tweet en el que afirmaba que los clientes de un banco privado no podrían retirar dólares de sus cuentas. Ese mismo día por la noche, ante la pregunta, de Santiago del Moro, sobre cuál era la entidad, el fiel militante se negó a difundirla. ¿Será porque es mentira?

No es la primera vez que el fanático partidario K es la estrella de los informes de los programas de resumen diario por su lamentable, nefasto y polémico papel, en defensa de una pandilla de ladrones, que estuvo frente al poder durante 12 años. En otra ocasión, el operador K compartió la imagen de un local en venta y la vinculó a las consecuencias de las políticas económicas del Ejecutivo; sin embargo, minutos después, una conocida del dueño lo desmintió. Lo mismo ocurrió con el delincuente y piquetero Luis D'Elía, que, con menos luces que Brancatelli, hizo un ordinario copy-paste, reemplazó palabras por sinónimos y difundió el mensaje haciendo referencia a un inminente corralito.

D'Elia, Brancatelli, Leonardo Greco y Pablo Echarri son personajes de los que uno no espera mucho porque están sujetos a intereses. Intereses a los que estuvieron arraigados por un ocupar un asiento o un combo que, a lo sumo, fue acompañado de un aplauso durante un discurso; pero para la sociedad el costo fue caro, carencias. Infraestructura, hospitales e insumos, u obra pública, reflejada en indigencia y pobreza. Exacerbadas cifras de dinero por brindar una “charla” como figura en las facturas destinadas a Florencia Peña o Victoria Onetto. Personajes nefastos, para los que, durante ese década ganada -para ellos, que fueron los beneficiados-, no existía la pobreza; y hoy a falta del negocio, son troll’s. Troll’s vip y con cuentas verificadas, que instauran miedo, terror y pánico a una sociedad, que ante el indiscriminado robo que vivió durante doce años, hoy está susceptible, y desconfía de todo. Y con razón.

Después de la inminente cumbre en la Quinta de Olivos del fin de semana, el presidente brindó un mensaje en el que explicó, durante más de 25’, las nuevas medidas a tomar para frenar a la divisa norteamericana y re negociar el acuerdo con el FMI, para que le adelante los fondos del crédito para el año que viene. El mensaje fue simple y concreto: Se terminó el gradualismo. Basta. Hay que ir al grano. Hay que reducir el gasto. No hay otro camino. ¿En que consiste la reducción del gasto público? En dos partes, por un lado el achique del Gabinete. Muchos van a ser unificados, mientras que otros pasarán a ser historia. El Ministerio de Energía toma jerarquía de secretaría y cae bajo el mando del Ministerio de Economía. El Ministerio de Cultura y, Ciencia y Tecnología pasan a ser Secretarias y se unifican al Ministerio de Educación. Por otro lado, el Ministerio de Agroindustria y, el de Trabajo, también pasan al rango de secretarias, bajo el mando del Ministerio de Producción. Por su parte, el Ministerio de Salud, también adquiere el rango de secretaría y pasa a formar parte del Ministerio de Desarrollo. Este achique, logrará un ahorro de $150 millones. Mientras que la otra parte son las retenciones a las exportaciones. "Vamos a pedir a quienes tienen más capacidad de contribuir”. Afirmó, y dejó en claro, el mandarario. A través de ese impuesto, el gobierno aspira recaudar USD 7.000 millones de manera anual.

Sin embargo, siempre están los disconformes, e incluso, quienes exigen medidas, después son los que la rechazan. Al estilo gata flora, saben como sigue la frase. Ya, el sábado por la noche, se filtró que una de las medidas del gobierno sería reducir el gabinete, unificar y eliminar ministerios. Si bien, no se sabía cuál serían, el de Trabajo ya era uno de ellos. Hoy, la CGT “rechazó” el cambio de rango del Ministerio de Trabajo a jerarquía de secretaría, consideran que "avala el recorte de los derechos básicos”, y analizan adelantar el paro del 25 de septiembre. Al parecer los dirigentes gremialistas no cursaron historia durante su paso por la secundaria, o tienen memoria muy a breve plazo; para recordar que omiten que cuando llegó Perón las áreas de Trabajo, Salud, Industria, Comercio, Aeronautica y Educación ocupaban el  rango de secretarias, incluso creó la SIDE bajo esa misma condición. Mucho corte, piquete y bombo, pero poca educación. 

Por otro lado, hoy, el peronismo y Massa se reunieron y dispararon contra el anuncio del ejecutivo, dijeron que el presidente tiene cero autocrítica y piden que cambie el rumbo. No sé si hablan en serio o es chiste. Por un lado, el peronismo no me asombra. Se promocionaron que eran diferentes a los malandras, enfermos por los bolsos, pero , fueron funcionales a sus políticas durante la década gobernada. Pese a la inflación, cepo cambiario o la apocalíptica ley 125, que se quiso sacar en el Senado, el partido nunca hizo autocrítica y pidió que cambie la dirección; incluso, es el día de hoy que protegen a una ex presidente que para la justicia es la líder de una asociación ilícita, en las siguientes semanas va a ser procesada y el próximo 26 de febrero está citada a juicio Oral, y será juzgada en el banquillo de los acusados por la causa de la Obra Pública que le concedió a Lázaro Báez en Santa Cruz. Por otro lado Massa, bueno Massa… que puedo decir; Que no puedo decir, mejor. E incluso, primero, mínimo, como un gesto político, debería hacer la autocrítica de su paso por el gobierno de CFK. Quien, al día de hoy, con el destape de las causas de corrupción, es raro que como jefe de gabinete nunca haya visto nada.

La situación económica del país es difícil, y quienes deben aportar a solucionar los problemas, porque para eso fueron elegidos, se dedican a fogonear. A celebrar y plantear reclamos innecesarios. A dividir, a odiar o descalificar, como un Boca – River, sin aportar salidas o propuestas que logren levantar el pais. No les importa la patria. Nadie en su sano juicio puede pretender que el Kirchnerismo brinde un remedio que permita combatir este malestar que golpea al país, cuando ellos fueron los responsables de esta cuarentena. Pero el peronismo, podría dejar de lado el cinismo, la soberbia, el tira y afloje y aportar para que la Argentina, en algún momento, gobierne quien gobierne, logre retomar el status que nunca tuvo que haber perdido. Desde diciembre de 2015 hasta ahora, fue un combate intensivo, contra un gobierno elegido a través del sufragio de la democracia. ¿No es hora que dejen el odio de lado, y cooperen al bien de la ciudadanía y garanticen un futuro del que tanto anhelan? La Argentina es una, gobierne quien gobierne; y si  por ser oposición creen que su deber es negarse a  todo lo que hace el jefe de Estado, replantéense lo que es la democracia. “El que gana gobierna, el que pierde acompaña” sin embargo lejos ello quedó la frase de Ricardo Balbín. El peronismo interpretó “el que gana gobierna y el que pierde conspira” y ello aplicó.