A más de una semana de terminados los comicios presidenciales en Estados Unidos, el país vive una situación insólita. A pesar de que Joe Biden ya superó los 270 electores necesarios para consagrarse por los próximos cuatro años al frente de la Casa Blanca, Donald Trump se niega a reconocer la derrota y denuncia "fraude".

Aunque hasta el momento no existe indicio alguno concreto que pueda haber existido una alteración de la voluntad popular, el mandatario norteamericano se mantiene firme en esta postura y sumerge al país en una crisis institucional inédita. En estos días, una serie de hechos terminaron por confirmar que, seguramente, estemos ante una de las transiciones más complejas y tensas de la historia estadounidense.

Cinco datos sobre la crisis institucional en EEUU:

1. El fiscal general, William Barr, pidió a los fiscales de los estados que investiguen las denuncias de irregularidades. “Pueden llevarse a cabo si hay denuncias claras y en apariencia creíbles de irregularidades que, de ser ciertas, pudieran afectar el resultado de una elección federal en un estado concreto”, señaló en un comunicado.

Esta decisión provocó que el director de delitos electorales del Departamento de Justicia de Estados Unidos, Richard Pilger, dimitiera el lunes por la noche. Es que el pedido de Barr es, cuanto menos, llamativo dado que el involucramiento debería darse sólo después de certificados los resultados y no antes.

2. Emily Murphy, directora de la Administración de Servicios Generales, es la funcionaria del gobierno de Trump encargada de coordinar la transición con el equipo de Biden. Hasta el momento, resolvió no firmar los documentos que dan inicio a este proceso protocolar que implica que los asesores del demócrata pueden comenzar a interiorizarse o formarse sobre la situación de las distintas áreas del gobierno federal.

Si bien Murphy puede dilatar todavía algunas semanas el tema, el 14 de diciembre el Colegio Electoral asignará los votos a cada candidato y ahí ya no tendrá mayor margen.

3. A su vez, el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, indicó en conferencia de prensa que la administración republicana se prepara para "una transición tranquila al segundo mandato" de Trump. "Estamos listos", aseguró ante la sorpresa de la prensa.

4. Por otro lado, ante la expectativa de que el Partido Republicano quitaría su respaldo al presidente en pos de la estabilidad institucional, esto no ocurrió. Si bien en un tono moderado, el líder de la mayoría republicana del Senado, Mitch McConnell, dijo  que el presidente Donald Trump está “100% dentro de sus derecho” a cuestionar los resultados y avaló así la estrategia oficial.

5. Ante los rumores de renuncia del secretario de Defensa, Mark Espert, por no convalidar la posición del presidente, el republicano fiel a su estilo lo despidió vía Twitter: "Está terminado", desafió el jefe de Estado.

Para completar el escenario de incertidumbre, todavía cuatro estados (Arizona, Alaska, Carolina del Norte y Georgia) no finalizaron el conteo de votos. Sin embargo, el equipo de Biden se mostró confiado que, para el 20 de enero (fecha de asunción de las nuevas autoridades), el tema estará resuelto.