Por qué (justo ahora) se calienta la pelea entre Estados Unidos y Argentina por la presidencia del BID
La escalada de cruces entre Washington y el gobierno nacional en torno a la elección del próximo titular del Banco Interamericano de Desarrollo forman parte de un pulso más general en el marco de la reconstrucción de América Latina tras la pandemia. La apuesta de Alberto por el corredor bioceánico.
"Algunos quieren romper la tradición". Las duras declaraciones del canciller Felipe Solá fueron dirigidas directamente como dardos a la administración de Donald Trump. El motivo es la decisión de la principal potencia mundial para avanzar con la elección en forma remota el 12 y 13 de septiembre del próximo presidente del BID para imponer a un hombre propio a la cabeza del banco.
La jugada norteamericana efectivamente altera un histórico sistema de equilibrios que rige en el organismo multilateral pensado para el desarrollo regional. Si bien la sede del banco se encuentra en Washington, la titularidad de la dirección era reservada a personas provenientes de países latinoamericanos considerando que EEUU ya ostenta una influencia considerable en otros organismos como el Fondo Monetario Internacional.
El actual presidente del BID, el colombiano Luis Moreno Ocampo, se encuentra próximo a concluir su tercer mandato consecutivo al frente de la entidad.
Trump a la caza
El gobierno de Trump busca apurar el recambio para imponer a Mauricio Claver-Carone, quien actualmente ocupa en la administración republicana el cargo de asesor de Seguridad para América Latina. La voluntad de colocar a una persona vinculada a temas de seguridad regionales anticipa que la intención del presidente estadounidense es poder utilizar su influencia allí para asignar recursos en función de los alineamientos políticos de cada país.
El propio Claver-Carone acaba de reconocer que EEUU facilitó el segundo préstamo del FMI al expresidente Mauricio Macri para que pudiera tener chances de ser reelecto.
Su candidatura cuenta con el respaldo de Brasil, Colombia, Ecuador, Haití, El Salvador y Uruguay.
Freno argentino
Ante la avanzada norteamericana, el gobierno argentino se colocó a la cabeza del rechazo. El canciller Felipe Solá cuestionó la decisión de Washington por instalar una persona propia mediante una votación virtual. En oposición al funcionario estadounidense, el Ejecutivo promueve a Gustavo Béliz y solicita demorar la elección.
Con pocas chances de imponerse en la contienda -sólo cuenta con el respaldo de México, Costa Rica y Chile-, Argentina aspira al menos a poder postergar la realización de la votación. Es que Trump, en realidad, desarrolla una carrera contrarreloj con elecciones presidenciales en noviembre en su país y con serias chances de perder. Los sondeos hoy lo ubican segundo con una distancia holgada respecto de 10 puntos por debajo de Joe Biden. El candidato demócrata presentaría una cara menos hostil para América Latina en caso de triunfar.
Un ambicioso proyecto regional
Sin embargo, la tensión alrededor de la presidencia del BID no es simplemente para medir un pulso con EEUU por una cuestión ideológica. América Latina es una de las regiones que más sufrirá el impacto económico de la coronacrisis y debe encarar una tarea de reconstrucción con una situación delicada de déficit fiscal y endeudamiento externo en la mayoría de sus Estados. En ese sentido, el rol que puede jugar el BID en términos de aportar fondos frescos para la inversión es significativo.
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En particular, el presidente planteó su interés en desarrollar el Corredor Bioceánico, un plan estratégico de integración regional que conectaría el centro del país a la altura de la provincia de San Juan, a través del paso fronterizo de Agua Negra, con el puerto de Coquimbo en Chile ubicado en el océano Pacifico y el de Porto Alegre en el océano Atlántico en Brasil. Este puede ser uno de los motivos por los cuales un gobierno como el de Sebastián Piñera optó por disentir con Washington y respaldar la postura argentina.
Se trata de una inversión que ronda, al menos, los mil millones de dólares. El BID ya aportó 280 a Argentina y Brasil en 2017 para la obra del Túnel Internacional de Agua Negra. El corredor permitiría la apertura de nuevos mercados para los productos de provincias como San Juan, Córdoba y Santa Fé.
Recientemente, el presidente participó en forma virtual del acto encabezado por el gobernador sanjuanino, Sergio Uñac, en que se reanudaron las obras de Vialidad Nacional vinculadas a la concreción de este ambicioso proyecto de integración regional. Allí, Fernández reiteró que "es una prioridad central" poder lograr la salida al Pacifico.
Como se ve, el pulso por la presidencia del BID conlleva resultados muy palpables para el desarrollo nacional y regional. Por ahora, es una partida de resultado abierto.