20 millones de piezas históricas fueron destruidas en el incendio que azotó al Museo Nacional de Historia en Río de Janeiro el domingo. 200 años de recopilaciones que incluían las piezas de arte más valiosas del país vecino.

Las llamas se propagaron rápidamente y terminaron por destruir las piezas, las paredes y hasta el techo del palacete de 1818. Tristemente, el desastre podría haber sido evitado si se hubiese tenido en cuenta las denuncias por la falta de manutención de los espacios y el poco cuidado que tenía.

El mayor museo de historia antropológica de América Latina contaba con mucho material inflamable que, al no estar protegido, prendió fácilmente.

Según los investigadores, se destruyó el 90% del patrimonio cultural. Una pérdida irreparable para la cultura mundial.