El Parlamento de Corea del Sur destituyó este sábado al presidente, Yoon Suk-yeol, luego de su intento fallido de establecer la ley marcial en su territorio el pasado 3 de diciembre. La resolución se produce en un marco de fuerte crisis política, con importantes movilizaciones en Seúl y un oficialismo prácticamente desmoronado, ante la imposibilidad de estabilizar el Gobierno. 

La Asamblea Nacional aprobó la moción de juicio político con 204 votos a favor, 85 en contra, tres abstenciones y ocho nulos. La oposición, que en su conjunto contaba con 192 escaños, logró sumar los ocho mínimos que necesitaba para llegar a los dos tercios y remover al mandatario de su cargo.

De esta forma, quedará a determinación de la Corte Constitucional si valida o no lo resuelto en el cuerpo legislativo. Para ello tendrá 180 días y de ratificarse el dictamen, se deberán celebrar nuevas elecciones en un plazo no mayor a los 60 días. 

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"Me siento profundamente frustrado pero ahora debo dar un paso al costado por un tiempo", manifestó Yoon en una cadena televisiva. Hasta que la Corte se expida, será reemplazado por el primer ministro, Han Duck-soo, con el cargo de presidente interino. 

"Guardaré en mi corazón todas las críticas y ánimos dirigidos hacia mí, haré lo mejor por el país hasta el último momento", agregó el ahora exjefe de Estado, quien ya tenía erosionado el apoyo de la sociedad en la previa a su fatídica medida a principios de mes. 

En aquel momento, Suk-yeol decretó la ley marcial, que solo estuvo seis horas en vigor, en medio de una intensa batalla con la oposición por la aprobación del presupuesto de 2025. En su discurso, acusó a sus rivales políticos de ser "fuerzas antiestatales" y de colaboracionistas con el régimen "comunista" de Corea del Norte.

En el marco de su acción, llamó al Ejército para militarizar el Parlamento, contener a los manifestantes y sobre todo, evitar que los legisladores voten en sesión extraordinaria para dejar sin efecto la disposición. Las fuerzas policiales ingresaron al recinto, pero no pudieron evitar que los diputados, por unanimidad, aseguren la derogación del decreto

El caos generó una fuerte crisis que impactó a nivel político, económico y social. Para presionar a los diputados por la salida del presidente, se congregaron al menos 200.000 personas en la capital surcoreana, Seúl. Justamente, el creciente rechazo de la población obligó a los legisladores oficialistas, quiénes habían votado en contra de la destitución en el primer intento del Parlamento el pasado 7 de diciembre, a cambiar de posición e inclinarse por el positivo. 

Para Yoon el futuro será realmente complejo. No puede salir de su país mientras es investigado por rebelión y abuso de poder, entre otros delitos, y de ser considerado culpable podría enfrentar pena de muerte o cadena perpetua. Si bien los funcionarios de su categoría cuentan con inmunidad, la misma no aplica cuando la acusación es de traición o insurrección, como es su caso.