Después de que trascendiera que el papa Francisco se refirió a la comunidad LGBT+ como "frociaggine", una denominación despectiva que se traduce al castellano como "mariconería", el portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, aseguró que el Sumo Pontífice "nunca tuvo la intención de ofender o expresarse en términos homofóbicos"

"Pide disculpas a aquellos que se sintieron ofendidos por el uso de un término del que otros han informado", precisó. "En la Iglesia hay lugar para todos, tal como somos. En la Iglesia nadie es inútil, nadie es superfluo", agregó.

Según relataron medios italianos, la expresión de Francisco trascendió de una reunión a puertas cerradas que el Santo Padre mantuvo el lunes con obispos de la Conferencia Episcopal Italiana.

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Los obispos, que se mantuvieron en el anonimato, sugirieron que el Papa, como argentino, podría no haberse dado cuenta de que la palabra italiana que usaba era ofensiva.

Corriere della Sera explicó que según los presentes consultados "más que vergüenza, la frase fue recibida con algunas risas incrédulas" y que "era evidente que el Papa no era consciente de lo ofensiva que resulta esa palabra en italiano".

El contexto en el que Bergoglio utilizó semejante vocablo se dio mientras se discutía la posibilidad de admitir a candidatos abiertamente homosexuales en los seminarios y en qué medida. 

Francisco, aunque enfatizó nuevamente la necesidad de acoger a todos, se mostró inflexible al respecto, reafirmando su negativa a admitirlos, como la Iglesia ha reiterado en varias ocasiones.