El Papa presentó una "leve mejoría" y se mantiene "estable", aunque los médicos pidieron "prudencia"
Luego de 33 días de internación, Francisco no requirió de una máscara de oxígeno para pasar la noche. Aún así, desde el Policlínico Gemelli advirtieron que sus condiciones continúan siendo "complejas dentro de la estabilidad".
Luego de 33 días de internación en el Policlínico Gemelli de Roma por una neumonía bilateral, y tras haber sufrido cuatro crisis respiratorias, el Papa pasó la noche sin ventilación mecánica no invasiva, se encuentra "estable" y presentó una "leve mejoría", de acuerdo a lo informado por el Vaticano.
A su vez, en el parte difundido explicó que Francisco tiene "ligeros progresos respiratorios y motores" y que logró dormir sin la utilización de la mascarilla de oxígeno. En su lugar, utilizó gafas nasales, lo que representa una mejora con respecto a su estadio previo.
Aún así, aclaró que los médicos pidieron por "prudencia" debido a que las condiciones del Sumo Pontífice de 88 años continúan siendo "complejas dentro de la estabilidad".
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Asimismo, el Papa realizó sus ejercicios de fisioterapia de rutina, tanto motora como respiratoria. Además, se dedicó a tareas laborales y a rezar. El próximo parte se espera para la tarde de este miércoles.
Por otro lado, en una carta que envió desde el Hospital al diario italiano, Corriere della Sera, Francisco pidió por el fin de los conflictos bélicos en todo el mundo, exigió que la resolución de los problemas sea por la vía de la palabra y llamó a la reflexión. "En este momento de enfermedad, la guerra me parece más absurda", manifestó.
"Nunca son solo palabras: son hechos que construyen entornos humanos. Pueden conectar o dividir, servir a la verdad o servirse de ella. Debemos desarmar las palabras, para desarmar las mentes y desarmar la Tierra. Hay una gran necesidad de reflexión, de calma, de sentido de la complejidad", expresó.
"Mientras que la guerra solo devasta comunidades y el medio ambiente, sin ofrecer soluciones a los conflictos, la diplomacia y las organizaciones internacionales necesitan sangre nueva y credibilidad. Las religiones, además, pueden recurrir a la espiritualidad de los pueblos para reavivar el deseo de fraternidad y justicia, la esperanza de paz", agregó.