Tal como estaba pronosticado, el huracán Milton tocó tierra esta noche en el oeste del estado de Floridacon fuertes oleajes, lluvias intensas y ráfagas de viento que alcanzaron los 200 kilómetros por hora. Hasta el momento, no hay reportes de fallecidos, aunque sí se produjeron cuantiosos daños materiales y más de un millón y medio de usuarios se quedaron sin energía eléctrica.

El huracán ingresó a la altura de Siesta Key, en el condado de Sarasota, alrededor de las 21.30 hora local (22.30 en Argentina) y con categoría 3, precedido por copiosas lluvias desde este miércoles por la tarde. Una vez en suelo estadounidense, el sistema se debilitó a nivel 2.

Las feroces ráfagas de viento causaron innumerables daños materiales en las calles desiertas de Siesta Key y de otras localidades costeras como Naples, Fort Myers, Saint Petersburg y Clearwater, aunque también afectó notoriamente a la ciudad de Tampa, pese a que no está situada sobre el mar.

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De todas maneras, y en los días previos, miles de pobladores abandonaron sus casas para buscar refugio en otras zona más seguras del sureño estado del país norteamericano.

Antes de que Milton tocara tierra se registraron varios tornados, dejando tras de sí una estela de destrucción en los condados de Broward, Collier, Hendry y Palm Beach.

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Milton azotó Sarasota con fortísimos vientos y marejadas (Video: @jhonfDerecha).

Las pérdidas económicas estimadas del peor huracán en 100 años, que derivó en la evacuación obligatoria en seis condados del estado, podrían superar los USD 75.000 millones. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, coordinó un programa de ayuda para los afectados con el gobernador de Florida, Ron DeSantis.

La llegada de Milton se produjo solo dos semanas después de la de Helene, otro huracán cuyo poder destructivo ocasionó la muerte de 226 personas en Florida.

Según algunos expertos, ambos huracanes tiene el sello del cambio climático, inducido por la quema de combustibles fósiles, la deforestación y otras actividades humanas que hacen que este tipo de eventos extremos sean cada vez más habituales y demoledores.