Calles semivacías y militarizadas en las principales ciudades, nuevos ataques en puentes y estaciones, clases suspendidas por el resto de la semana y el desafío del presidente Daniel Noboa a las bandas criminales para que “sean valientes y enfrenten a los militares”. Estas son solo algunas de las circunstancias que marcaron la tercera jornada consecutiva de violencia en Ecuador.

En consecuencia, a media tarde del miércoles se difundió el primer informe de las Fuerzas Armadas con la confirmación sobre el arresto de 329 “terroristas”, de acuerdo a cómo los llamó el jefe del Comando Conjunto, Jaime Vela, quien detalló que se trata de integrantes de las bandas Los Tiguerones, Lobos y Los Choneros, tres de las más potentes del país.

Vela dijo, además, que otros cinco delincuentes murieron en los enfrentamientos y que 28 presos fugados fueron luego recapturados.

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Por otra parte, el jefe militar reiteró que el Ejército no negociará con los reclusos que mantienen retenidos a empleados penitenciarios y aclaró que ninguno de los rehenes fue asesinado, desmintiendo a diversos videos que circularon en las redes.

Hay casi 140 agentes policiales retenidos por presos amotinados en las cárceles de Turi (Azuay), Cañar, Napo, Ambato (Tungurahua) y Latacunga (Cotopaxi).

Ecuador se encuentra en estado de excepción ante la existencia de un “conflicto armado interno”. En ese marco, un decreto del Presidente dispuso identificar a los grupos delictivos como "organizaciones terroristas y actores no estatales beligerantes" y una amplia movilización de tropas de las Fuerzas Armadas, de la Policía y otras fuerzas de seguridad.

Para el mandatario -que asumió el 23 de noviembre- la ola de violencia “no es un accidente", sino que se dio cuando "se estaba empezando a aplicar el plan de seguridad".

El terror se impuso luego de que el domingo se detectara la fuga de Adolfo Macías, apodado “Fito” y jefe de la principal banda criminal del país, conocida como Los Choneros, que estaba recluido en una cárcel guayaquileña. Además, el lunes escapó de prisión otro jefe criminal, Fabricio Colón Pico, uno de los capos de la banda Los Lobos, acusado de secuestro y de planificar el asesinato de la fiscal general.

Como consecuencia, las autoridades amenazaron a los criminales con posibles traslados y requisas en los penales, que finalmente dieron paso a motines e incendios, además de los ataques en las calles de las principales ciudades de Ecuador.

La ofensiva de las organizaciones criminales, vinculadas a cárteles de México y Colombia, incluyó una inusual irrupción registrada en vivo y en directo a un canal de televisión pública durante el noticiero del mediodía, en la que amenazaron con explosivos y armas largas a los trabajadores.

Finalmente no hubo víctimas y la Policía logró aprehender a 13 delincuentes, a 11 de los cuales, informó la Fiscalía, se los juzgará por terrorismo.

Noboa fue terminante al asegurar que se considerará “también a los jueces y fiscales que apoyen a estos grupos terroristas, como parte de esos grupos", una advertencia que también tuvo como destinatarios a miembros de la Policía Nacional y de las Fuerzas Armadas "que traben cualquier operativo".

Ante una pregunta sobre si Ecuador se encuentra en guerra, respondió: "Prácticamente sí. Estamos en un conflicto armado, no internacional. Estamos luchando por la paz contra grupos terroristas".