Donald Trump se entregó este jueves en un penal del condado de Fulton. Fue fotografiado, le tomaron las huellas dactilares, le asignaron un número de presidiario y, después de un trámite rápido, le concedieron la libertad bajo una fianza de USD 200 mil que sus abogados habían negociado antes con la Fiscalía. El expresidente de Estados Unidos y 18 de sus colaboradores fueron acusados por un gran jurado de Atlanta por haber orquestado una "empresa criminal" para revertir su derrota electoral en Georgia en 2020.

La caravana de Trump llegó a la cárcel a las 19.34 (hora local), unos 30 minutos después de que su avión privado aterrizara en el aeropuerto Hartsfield-Jackson, de Atlanta

Tras cumplir el trámite y dejar la prisión, una hora y media más tarde, el expresidente habló con los periodistas y luego emprendió el regreso a Florida, donde reside. “No hicimos nada malo en absoluto. Todos lo saben, y tenemos todo el derecho a impugnar una elección que creemos deshonesta. Así que creemos que esto es algo muy deshonesto”, subrayó.

Trump, de 77 años, entró en un territorio inexplorado como el primer expresidente de Estados Unidos que enfrenta cargos penales, aunque los cuatro casos presentados en su contra no han dañado su condición de favorito en la carrera por la nominación republicana para desafiar al presidente del país, el demócrata Joe Biden, en las elecciones de noviembre de 2024.

Esta es la cuarta imputación penal que afronta Trump, pero la primera en la que se lo cita en una cárcel y se le toma una foto policial. En las tres anteriores, había comparecido en diferentes juzgados para la lectura de cargos.

Ahora, el exmandatario deberá ser procesado en una próxima instancia -aún no definida-, ya que la reserva y la lectura de los cargos en casos penales operan por separado en el condado. En tanto llegue ese momento, Trump tiene prohibido obstruir las investigaciones y realizar cualquier acto que pueda ser entendido como un intento de intimidación a los coacusados y testigos.

Trump enfrenta 13 cargos por delitos graves, incluido el de asociación ilícita, que suele utilizarse para perseguir a las mafias de crimen organizado, por presionar a funcionarios estatales para que revirtieran su derrota electoral en Georgia ante Biden. Fue acusado tras una investigación dirigida por el fiscal de distrito del condado de Fulton, Fani Willis.

El expresidente negó haber cometido delito alguno y dijo que esta causa penal, así como las otras tres, tienen motivaciones políticas. En todas se declaró inocente.

Una de las principales pruebas en su contra es la grabación de una llamada de enero de 2021 en la que pidió al secretario de Estado de Georgia, Brad Raffensperger, que le “encontrara” 11.780 votos, uno más de los que había conseguido Biden.

Al menos nueve de los 19 imputados en esta supuesta trama mafiosa ya se han entregado en la prisión de Fulton y han salido en libertad tras pagar sendas fianzas

El ataque al Capitolio

Tras un mitin masivo en el que participó Trump frente a la Casa Blanca a comienzos de 2021, cientos de manifestantes marcharon hacia el Capitolio para denunciar lo que consideraban -al igual que su líder republicano- un fraude electoral. 

Después de enfrentarse a la policía, algunos lograron ingresar al recinto, lo que llevó a suspender las sesiones de los legisladores y bloquear los accesos a los salones del Senado y la Cámara de Representantes.

Ambas cámaras del Congreso estadounidense estaban sesionando para certificar los votos emitidos que proclamaron a Biden presidente electo.

Según el fiscal Jack Smith, el ataque al Capitolio estuvo “alimentado por mentiras” de Donald Trump. 

Por las redes sociales, el magnate llamó a sus partidarios a evitar los hechos violentos, aunque los instó a no permitir la certificación de la victoria de Biden.

El exmandatario estadounidense cargó contra su vicepresidente, Mike Pence, luego de que este anunciara que no iba a evitar la certificación del resultado electoral que consagró a Biden como nuevo presidente.

"Mike Pence no tuvo el coraje para hacer lo que debía hacerse para proteger a nuestro país y nuestra Constitución, dando a los estados la posibilidad de certificar datos correctos y no los inexactos y fraudulentos que certificaron antes. ¡Estados Unidos demanda la verdad!", escribió el entonces presidente en su cuenta de Twitter.