El Ejército israelí eliminó a otro alto comandante de Hezbollah durante un nuevo bombardeo sobre el sur de Beirut que dejó más de 20 muertos, informaron este domingo sus autoridades militares. La embestida se llevó a cabo tras el asesinato del líder del grupo terrorista, Hassan Nasrallah, el pasado viernes, también a manos del Estado judío.

Israel informó este domingo la muerte de Nabil Qaouk, comandante de la Unidad de Seguridad Preventiva de la organización terrorista libanesa, durante un ataque contra los suburbios del Dahye, al sur de la capital.

Al poco tiempo de que las fuerzas armadas dieran a conocer la noticia, el grupo libanés confirmó el deceso de Qaouk. A través de un comunicado, Hezbollah señaló que el nuevo blanco al que le dieron los israelíes había asumido "muchas responsabilidades en las distintas unidades" de la organización.

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Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) manifestaron que esta nueva muerte de un alto mando considerado "cercano a la cúspide de la organización terrorista" fue en medio de "un bombardeo preciso".

Qaouk se había unido al grupo libanés en 1980 y llegó a ejercer como diputado en el sur del Líbano. Según puntualizó una comunicación oficial del Ejército israelí, tenía presencia habitual en los medios de comunicación en representación de la organización.

Su deceso es producto de una intensa ofensiva del Estado judío que recrudeció en la noche del sábado y la madrugada de este domingo, y que dejó al menos 20 muertos, con el objetivo puesto en Chiyah, en las afueras de Beirut, según puntualizó la Agencia Nacional de Noticias de Líbano (ANN).

"Las FDI continúan atacando y eliminando a los comandantes de la organización terrorista Hezbollah y actuando contra cualquiera que amenace a los ciudadanos del Estado de Israel", concluyó el comunicado de este domingo. Además, justificaron el bombardeo porque aseguraron que allí Hezbollah acumulaba "misiles antibuque incrustados debajo de seis edificios residenciales".

Asimismo, las autoridades israelíes expresaron que se le había advertido a los civiles libaneses que se alejaran al menos 500 metros de esas áreas que fueron blanco de este nuevo ataque, el cual tuvo lugar un día después de que el propio Ejército informara la muerte del líder Nasrallah en un bombardeo llevado a cabo el pasado viernes en Beirut.

En la que fue su primera declaración tras el asesinato del viernes, el primer ministro Benjamín Netanyahu dijo el sábado por la noche que, a pesar de tratarse de un gran logro, "el trabajo aún no está completo".

"En los próximos días afrontaremos desafíos importantes y los afrontaremos juntos", añadió el funcionario en un video difundido a través de las cuentas oficiales de redes sociales del Gobierno israelí.