Chau tradición: evita Bolsonaro viajar a Argentina en su primera salida oficial
A dos meses de su asunción, el flamante presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, realizará su primera salida oficial y, rompiendo con la tradición de sus antecesores, no viajará a Argentina.
Luego de que Mauricio Macri se ausentará del acto de asunción el 1 de enero por encontrarse de vacaciones en Villa La Angostura, su par lo había recibido semanas más tarde en el Palacio de Planalto para una reunión bilateral que incluyó a los ministros de ambos países.
Sin embargo, Argentina no se encuentra entre las prioridades del excapitán del Ejército. Y así lo demuestran sus primeros destinos, en una clara señal de las alianzas que el mandatario ultraderechista pretende reforzar: Estados Unidos, Chile e Israel.
Y aunque los últimos presidentes brasileños solían reservar su primera salida a Argentina, esta nueva agenda marca las opciones políticas y económicas anunciadas por Bolsonaro durante su campaña electoral.
Según precisó el canciller brasileño, Ernesto Araujo, Bolsonaro estará en Estados Unidos del 18 al 22 de marzo y en Chile el 23, mientras que a Israel viajará el último día de marzo.
Bolsonaro comparte con el presidente Donald Trump el rechazo al multilateralismo. Y ambos aúnan esfuerzos para derrocar al gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela, reconociendo como presidente encargado de ese país a Juan Guaidó.
Chile, por otra parte, es un modelo de éxito económico para el ultraliberal ministro brasileño de Economía, Paulo Guedes. En Santiago, Bolsonaro participará en el lanzamiento del foro Prosur, que se propone impulsar proyectos de desarrollo en Sudamérica "sin ideologías ni burocracia", en palabras del presidente chileno Sebastián Piñera.
Finalmente, en Israel, Bolsonaro retribuirá la visita realizada por el primer ministro Benjamin Netanyahu en su asunción presidencial. Durante la campaña -y también después de asumir la presidencia- había prometido que trasladaría la embajada brasileña en Israel de Tel Aviv a Jerusalén.
Pero esa posibilidad comenzó a diluirse ante las señales de que los países árabes podrían adoptar represalias comerciales.