El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, encabezó este martes una serie de protestas que se enmarcaron en varias amenazas por parte del mandatario contra el Supremo Tribunal Federal (STF). La Internacional Progresista advirtió, en un documento firmado por 150 figuras políticas de 26 países, que se trata de “ataques a la democracia” y que tienen como objetivo efectuar un golpe de Estado.

En líneas generales, todos los dirigentes consideraron que los actos masivos del Presidente están atravesados principalmente por la caída de su imagen y por el crecimiento de Lula da Silva en las encuestas para elecciones presidenciales, que se celebrarán el próximo año.

En diálogo con El Canciller, el vicepresidente del Parlasur, Oscar Laborde, planteó que el jefe de Estado no debería haber elegido el Día de la Independencia para convocar las movilizaciones, ya que en esta fecha se recuerda “la unidad de todos los brasileños” y que la demostración popular hubiera sido válida si hubiera tenido como objetivo apoyar su imagen. “El problema es que lo está haciendo con gente armada, con el respaldo de las fuerzas armadas, con milicia de motociclistas y con la consigna de que es contra dos poderes de la república, el Congreso y el Tribunal Supremo”, aclaró Laborde.

Por su parte, el diputado nacional Hugo Yasky indicó a este medio que Bolsonaro está “jugando al límite” del Estado de derecho al tratar de presionar sobre los jueces de la Corte Suprema, lo cual significa un “intento desesperado por perdurar en el poder”. “Aparece también un elemento nuevo, que evidentemente no estaba en los cálculos de Bolsonaro, que es la movilización convocada en distintos estados de Brasil por las fuerzas democráticas”, añadió Yasky.

En tanto, la economista Fernanda Vallejos resaltó: “Tenemos que encender las alarmas frente a la emergencia de estas ‘nuevas’ derechas, conservadoras, violentas y antidemocráticas, de las que Bolsonaro es buen un exponente. Y ahora mismo tenemos que ser custodios de la democracia en Brasil, donde el pueblo quiere recuperar su dignidad poniendo una vez más a Lula al frente del destino del país”.

“Quiero decirle a aquellos que quieren verme inelegible, allá en Brasilia, que sólo Dios me saca de allá”, expresó Bolsonaro ante las masivas movilizaciones. Si bien varios medios locales afirman que fue importante la cantidad de personas que asistieron, también señalaron que el número estuvo lejos de los dos millones prometidos por el mandatario. Resta esperar qué otras medidas tomará el jefe de Estado brasileño tras lanzar nuevas amenazas contra los jueces del STF.