¿Cuándo las papas queman, renace el populismo de derecha en Brasil? Se verá con el correr de los días, pero lo cierto es que el presidente del país vecino Jair Bolsonaro tiró a la basura todos los manuales de ortodoxia económica basados en los preceptos liberales de no intervención estatal y decidió eliminar el techo del gasto público y los planes de austeridad para ampliar la ayuda social a 17 millones de familias en 2022, año en el que se juega la reelección.

La imagen del mandatario viene en caída libre en las encuestas hace varios meses. Por eso, con la intención de mantener el poder, decidió sumar 12 mil millones de dólares a los programas sociales de su último año de mandato. Eso sí, ratificó a su cargo al ministro de Economía ultraliberal Paulo Guedes. "Esta ayuda que defendemos tiene responsabilidad, no haremos ninguna aventura, no queremos poner nada en riesgo de la economía", afirmó el jefe de Estado del principal socio económico de la Argentina en la región, en una conferencia de prensa junto a su funcionario.

Algo similar ocurrió después de la derrota de Mauricio Macri en las PASO de 2019, cuando el expresidente lanzó un paquete de medidas de corte populista para revertir el resultado de las primarias y así conseguir su reelección.

El techo al gasto fiscal es un límite que se creó durante el gobierno de Michel Temer –que gobernó entre 2016 y 2018 tras el impeachment a Dilma Rousseff– como un intento de poner en orden las cuentas del país. El Gobierno de Bolsonaro incluso hizo campaña contra la oposición del Partido de los Trabajadores (PT) de Lula Da Silva diciendo que, en caso de que volvieran al poder, ellos eliminarían el tope.

En la conferencia de prensa, el ministro Guedes reconoció que hubo “luchas internas” entre el ala técnica y el ala política del Ejecutivo a causa de la cuestión fiscal. En tanto, después de los anuncios, cinco secretarios de Estado encargados del Presupuesto y el Tesoro nacional renunciaron.

Se trata del secretario del Tesoro y Presupuesto, Bruno Franchal; el del Tesoro Nacional, Jeferson Bittencourt; los secretarios adjuntos de ambas áreas, Gildenora Dantas y Rafael Araújo; y el secretario de Combustibles del Ministerio de Minas y Energía, José Mauro Coelho.

“No pueden ponerse nerviositos”, dijo Bolsonaro a los agentes del mercado brasileño en un vivo de Facebook en los días previos al anuncio cuando se debatía arduamente en todo el país si el camino que tomaría el Gobierno era el correcto. En ese sentido, desafió: "Si explotan la economía, ustedes también van a explotar".

El mensaje, por lo visto, no funcionó. Después de que trascendiera que el Ejecutivo finalmente eliminaría el tope, la Bolsa de São Paulo cerró la jornada con una caída del 2,94% —el peor desempeño en 11 meses—. Además, crece el temor de que un desembolso tan grande en los bolsillos de la población se vuelve rápidamente a la demanda de consumo y eso genere un círculo virtuoso de presión inflacionaria.