A partir de esta semana en Williamsburg, Estados Unidos, la vacunación es obligatoria con el fin de combatir la epidemia que afecta sobre todo a una comunidad judía ortodoxa antivacunas que reside en la zona. 

Bill de Blasio, alcalde neoyorkino, declaró este martes emergencia sanitaria por el resurgimiento del sarampión, las paperas y la rubéola en un barrio acomodado de Nueva York, donde también vive una comunidad de judíos ortodoxos que se opone a las vacunas.

Como parte del plan de la lucha contra la propagación de las enfermedades se verificarán carnets de vacunación y quienes no tengan las vacunas podrían ser castigados con hasta 15 días de cárcel o recibir una multa de US$1000.

Inspecciones, 15 días de cárcel, US$1000 de multa: avanza Nueva York en la cruzada contra los antivacunas 

La declaración de emergencia, que llega tras la confirmación de 285 casos desde octubre, implicará las inspecciones en "yeshivas”, las escuelas talmúdicas a las que asisten los niños de la comunidad y las guarderías infantiles. Los menores que no hayan sido vacunados quedarán excluidos de las clases, los establecimientos podrían enfrentar clausuras y sus responsables procesados judicialmente. 

Profesionales de la salud aseguran que el brote que afecta a la comunidad judía podría haber sido originada en Israel, donde se registraron unos 2700 casos de sarampión en 2018. 

Esta situación surge en un contexto de lucha mundial contra el crecimiento del movimiento antivacunas, que pone en riesgo los avances conseguidos en materia de salud. Junto a la obesidad, el ébola, el dengue y el VIH, es una de las 10 principales amenazas mundiales fijadas en 2019 por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Las consecuencias se consideran altamente peligrosas ya que confluyen en rebrotes de enfermedades mortales, incluso con casos de males casi extintos, como el tétanos. Varios Estados coincidieron en la búsqueda de soluciones a corto plazo para permitir contener la propagación y facilitar una solución que evite mayores daños.