Se cumplen 60 años desde la primera vez que la industria de la música comercial celebró una premiación en Estados Unidos. En ese entonces, Frank Sinatra era el favorito a llevarse todos los galardones, pero, en una sorpresiva votación, el italiano Domenico Modungo le ganó en la canción y grabación del año con "Volaré (Nel Blu Dipinto Di Blu)".

A través de las seis décadas, los Grammy Awards fueron parte de la historia de la música y demuestran lo cambiante de la industria. Desde el debut de los Beatles, las primeras transmisiones en vivo por televisión, los excéntricos actos de David Bowie, Michael Jackson coronado como el mejor artista pop del mundo, hasta los desastres de moda y mejores performance que enmarcaron las ceremonias de los últimos años. El espectáculo que representa la premiación también es un show en sí mismo y la razón por la cual muchos curiosos prenderán la televisión este domingo.

Aunque, quizás, la mayoría de los televidentes argentinos no encuentren a sus artistas preferidos en esta premiación.

En los últimos años, las tendencias musicales de Estados Unidos fueron popularizando a los artistas de rap y hip hop, incluso en los circuitos más comerciales. Estos géneros, que se caracterizan por las letras de alto contenido social y representativas de las minorías, no han cruzado las fronteras hacia los países de habla hispana por un simple detalle: su vocabulario callejero es difícil de comprender para los que no recorren las calles profundas de los barrios bajos estadounidenses, y no son sencillas de interpretar si no se comprende el contexto social en el cual se escribieron.

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Jay-Z, Kendrick Lamar y Kanye West son los exponentes más reconocidos de estos géneros, que trascienden los océanos y popularizan comercialmente lo que ya sucede en el under estadounidense. Ellos son los protagonistas de los Grammy’s este año: Jay-Z con 21 galardones y ocho nominaciones, y Lamar con seis. Sin embargo, la profundidad de sus letras no llega a las grandes masas argentinas, sino a un público seleccionado.

Esta tendencia va dejando de lado el popular pop que antes comandaba todas las ceremonias. Taylor Swift y Ed Sheeran, claros ídolos teen y comandantes de la ola pop actual, tienen solo dos nominaciones por cabeza, mientras que en el pasado dominaban las listas. Priorizar la mirada social por sobre las letras superficiales del pop es un cambio que también vivimos en el país, pero que no se representa con figuras como Jay-Z o Kendrick Lamar. Nosotros tenemos nuestro propio rap, la cumbia, y el creciente trap, que funciona como denuncia social.

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Sin embargo, el show debe continuar y eso está asegurado en un espectáculo hollywoodense. A pesar de que este año la localización de Instagram señalará a Nueva York como la sede de la ceremonia, no faltarán luces, música y artistas que al estilo Broadway darán que hablar. Incluso, para los más atentos, habrá un guiño para los argentinos con Patti LuPone cantando "No llores por mí Argentina", en conmemoración al musical Evita.