Alberto Fernández sumó un gol a su gira presidencial que tuvo como primera estación la reunión del G20 en Roma. Durante la Cumbre del Cambio Climático COP26 en Glasgow, el mandatario combinó la agenda verde internacional con un poderoso anuncio a dos semanas de las elecciones generales. Junto al ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas; el canciller Santiago Cafiero; y la secretaria de Relaciones Económicas Internacionales, Cecilia Todesca, el Presidente formalizó el arribo de la megainversión extranjera más importante del siglo a Argentina.

La noticia se oficializó desde Escocia porque la empresa australiana que desembolsará los US$ 8.400 millones, Fortescue Future Industries (FFI) –perteneciente a Fortescue Metals Group–, financiará el desarrollo de tres parques eólicos, una planta electrolizadora y un puerto de aguas profundas para la producción y exportación de hidrógeno verde –que se lo denomina así porque toda la energía que se utiliza para producirlo proviene de fuentes renovables– en los alrededores de la ciudad de Sierra Grande, Río Negro.

Ambientalismo y dólares: un acuerdo doblemente verde

El puente con el Gobierno lo tejió el exrugbier Agustín Pichot, representante de FFI en América Latina. Las reuniones se mantenían desde el 12 de noviembre del año pasado de forma telemática hasta que este lunes el dueño de la firma, Andrew Forrest, y el resto de las autoridades de la empresa oficializaron el acuerdo en un encuentro durante la Cumbre climática.

Alberto Fernández, durante la primera reunión con la compañía el 12 de noviembre de 2020.
Alberto Fernández, durante la primera reunión con la compañía el 12 de noviembre de 2020.

Tanto el mandatario argentino como el titular de la compañía apoyan al Acuerdo de París. Forrest es un magnate muy conocido en Australia y con su nave insignia se posiciona como líder global en la industria verde. En el Gobierno ven con buenos ojos el desarrollo de las energías renovables en el país, el secretario Gustavo Beliz es uno de los principales impulsores dentro del Ejecutivo.

Desde 2016, FFI participa en megaproyectos de Latinoamérica, en países como Ecuador, Colombia, Chile y Perú. No es la primera vez que llega al país, la empresa Argentina Minera (AMINSA), propiedad del grupo internacional, posee desde 2018 las concesiones de Calderón, Calderoncito y Rincón de Araya, en San Juan, y analiza ampliar las inversiones en esa provincia. Además, la compañía financió diversos proyectos en el resto del globo por más de US$ 30.000 millones y destinó más de US$ 1.000 millones para la transición hacia la descarbonización de sus procesos productivos.

¿A dónde irá la inversión?

Pichot informó que Argentina está dentro de las cinco inversiones de energía renovable más importantes de la empresa, es una prioridad total. El proyecto consistirá en tres etapas y creará más de 15 mil empleos directos y hasta 50 mil indirectos. Los primeros trabajos de prospección –que consisten en el análisis de la cantidad y calidad de los vientos– ya están encaminados.

“El proyecto es 100% exportador”, afirman desde el Ministerio de Desarrollo Productivo. FFI espera convertir desde cero a la provincia de Río Negro en un polo mundial de exportación de hidrógeno verde hacia 2030, con un flujo de 2,2 millones de toneladas por año. Se trata de la apuesta a futuro más importante de la industria verde, con la posibilidad de descarbonizar el sistema productivo mundial, como por ejemplo en el transporte pesado y de larga distancia o industrias que consumen mucha energía como las del acero, el cemento, el papel o de los fertilizantes.

La etapa piloto, que iniciará en 2022 y seguirá hasta 2024, implicará una inversión de US$ 1.200 millones y producirá alrededor de 35 mil toneladas del amoníaco que permitirá satisfacer la energía requerida de 250 mil hogares. Mientras que la primera etapa productiva, que se extenderá hasta 2028, consistirá en una inversión estimada de US$ 7.200 millones y generará unas 215 mil toneladas.