La humildad de Paula Pareto es algo que no sorprende. Todo lo contrario. La joven talentosa sumó un nuevo podio al ganar la medalla de bronce en el Grand Slam de Abu Dhabi tras vencer a la israelí Shira Rishony y cierra así una temporada con cuatro medallas.

La mejor yudoca argentina de la historia afrontó pocos torneos este año para dedicarse a su profesión de médica en el hospital de San Isidro.“Los años post olímpicos son más tranqui y necesitaba empezar con la residencia. Por eso el judo estará en un segundo plano. No voy a dejar de entrenar(me) y competir, pero serán sólo cuatro torneos en el año, sin demasiadas exigencias porque el entrenamiento no puede ser el que necesito”, contaba la deportista a principios de año. 

"El chofer no me quiere cobrar"

"Sigo viajando en transporte público. La gente te saluda. Ahora un poco más potenciado que antes, o quizás el chofer no te quiere cobrar. Son cosas que me dan un poco de vergüenza porque cada uno tiene su trabajo", decía Pareto a Infobae y reflejaba su humildad.

Y contaba con total naturalidad:  "No hay mucho cambio después de ganar la medalla dorada. De hecho, cambió más porque empecé la parte de la especialidad médica que me quedaba por hacer. Así que me cambió más por ese lado que por el otro".