La muerte de Valentino Ladislao, un nene electrodependiente de cinco años que vivía en Lomas de Zamora, puso en el centro de las críticas a Edesur por su responsabilidad directa en el caso, luego de haber interrumpido el suministro en la zona.

El lunes 18 por la tarde Valentino falleció como consecuencia de la falta de energía eléctrica en su hogar, que hacía funcionar su respirador eléctrico, y tras el agotamiento de un tanque de oxígeno que la familia tenía para casos de emergencia.

Cerca de las 7 de la mañana Edesur decidió interrumpir el servicio en el Barrio Centenario de Lomas de Zamora y nunca, tras los insistentes llamados de Mariana Medina, la mamá de Valentino, brindaron información sobre la restitución del mismo.

La cuadrilla que se encontraba en la zona, en cambio, sí lo hizo. Los agentes le precisaron a la familia y otros vecinos que la energía se restablecería cerca de las 19 horas. Nunca pasó. De hecho, sucedió recién pasadas las 21, cuando el nene ya había fallecido.

Valentino falleció como consecuencia de la falta de suministro eléctrico en su hogar, que hacía funcionar su respirador eléctrico.

Una vez difundido el caso y ante las críticas de la gente, Edesur justificó su inacción y negligencia en la tediosa burocracia: en un comunicado publicado en la cuenta de twitter, la empresa culpó a la familia de Valentino por el trágico desenlace.

Desentendiéndose del hecho, la cuestionada compañía energética expuso un débil e insensible argumento al sostener que la familia no figura registrada en la lista de hogares con pacientes electrodependientes.

Según las indicaciones de Edesur, aquellos usuarios electrodependientes "tienen un teléfono especial para llamar cuando hay una interrupción de suministro". El protocolo indica que "una vez recibido el llamado" se activa una "alarma en el sistema y, en caso de no poder restablecer el servicio -algo que puede ocurrir de existir una falla de media tensión-, se le explica la situación al cliente y se analiza la instalación de un generador o, si se trata de una emergencia, se recomienda el traslado a un hospital en ambulancia".

Sin embargo, la mamá de Valentino les reiteró en numerosas ocasiones la situación del nene y la urgencia de la necesidad del servicio. Pero desde el centro de atención al cliente hicieron caso omiso a los avisos, le reclamaron una deuda que poseía la familia y dejaron de responder sus llamados alegando que debía realizar el trámite de inscripción.

Incluso, aunque la familia Ladislao no se encontraba entre ellos, Edesur mantiene una marca desastrosa respecto de los casos de personas electrodependientes que reclaman se hagan valer sus derechos. La empresa tiene estancadas unas 2300 gestiones, que iniciaron el trámite hace varios meses, pero todavía no tuvieron respuesta alguna.

Desde 2017, la ley 27.351 protege al universo de personas electrodependientes, otorgándoles la gratuidad del servicio, obligando a las empresas distribuidoras a entregar una fuente alternativa de energía. Pero eso no sucede, denunció la Asociación Argentina de Electrodependientes (Aaded).

Es más, hay diez provincias que ni siquiera adhirieron a esta legislación. La Ciudad de Buenos Aires, Salta, Santiago del Estero, Chaco, San Juan, Tierra del Fuego, Entre Ríos, La Rioja, Formosa y Jujuy no respetan la ordenanza.