El acuerdo entre la Argentina y el Fondo Monetario Internacional (FMI), que aún está sujeto a la aprobación del directorio de ese organismo, contiene metas de política fiscal y monetaria, gasto público y reservas. Dentro del nuevo convenio, que incluye un desembolso de USD 7.500 millones en agosto y otro en noviembre, el Estado nacional se comprometió a cumplir ciertas metas surgidas de la negociación con el organismo multilateral.

Estos son los principales puntos del acuerdo anunciado este viernes por el FMI:

- Es un entendimiento sobre las revisiones quinta y sexta, combinadas en el marco del acuerdo del Servicio Ampliado de Fondos (EFF, por sus siglas en inglés), a 30 meses.

- La Argentina tendrá acceso a cerca de USD 7.500 millones, que se girarán en agosto, y luego se espera que la próxima revisión tenga lugar en noviembre.

- Política cambiaria: para sostener la demanda de pesos y hacer frente a la alta inflación, las autoridades planean continuar asegurando que las tasas de política se mantengan suficientemente positivas en términos reales. Habrá intervenciones en los mercados de divisas paralelos y de futuros para abordar las condiciones desordenadas.

- Política fiscal: el objetivo de déficit fiscal primario para 2023 se mantiene sin cambios en 1,9% del PBI. El cumplimiento de la meta requiere un mayor endurecimiento de la postura fiscal en la segunda mitad de este año.

Para ello, por el lado de los ingresos, se acordaron nuevos impuestos sobre el acceso a divisas para bienes y servicios importados, y las nuevas medidas para movilizar la liquidación de exportaciones, que ayudarán a compensar los impuestos de exportación más bajos resultantes de la sequía.

Por el lado del gasto, se pactó contener el crecimiento de la masa salarial, actualizar las tarifas de energía para reflejar mejor los cambios en los costos de producción, asistencia social mejor focalizada y una mayor racionalización de las transferencias corrientes a las provincias y empresas estatales.

- Reservas: el objetivo es la acumulación de reservas internacionales netas acumulativas de alrededor de USD 1.000 millones para fines de 2023 (en comparación con un objetivo de US$8.000 millones en el momento de la cuarta revisión). También se espera que la acumulación de reservas se vea respaldada por mejoras en el balance energético.

El FMI justificó el acuerdo debido a que "desde la finalización de la cuarta revisión el 31 de marzo, la situación económica de Argentina se ha vuelto muy desafiante debido al impacto mayor al previsto de la sequía, que tuvo un impacto significativo en las exportaciones y los ingresos fiscales".

En la cartera de Economía se mostraron satisfechos con el nuevo acuerdo, ya que fue incorporado el impacto de la sequía, y en particular hubo una importante relajación de las metas de reservas, ya que los requerimientos pasaron desde los USD 8.000 millones de acumulación neta a apenas USD 1.000 millones para todo 2023.