Una semana antes de que se difunda el Índice de Precios al Consumidor que elabora el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), Luis Caputo se animó a aventurar que "la inflación de marzo va a estar en torno al 10%".

En ese sentido, en una entrevista exclusiva en el canal TN, aseguró que "estamos mejor de lo que todos pronosticaban" y que "la inflación está colapsando".

"En el caso de los alimentos y bebidas, si se miran los datos de supermercados de la primera semana de abril, está dando negativo. Hay deflación", afirmó el funcionario.

Y profundizó: "Los comerciantes mismos reconocían que fijaron sus precios con un dólar de $2.000. En ese momento era lo que les pronosticaban las consultoras económicas que la mayoría de los empresarios tienen. Era natural que ellos reaccionaran de acuerdo a eso. Pusieron muy por arriba los precios, por eso en dólares quedaron desfasados".

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Más allá de entender esa lógica de mercado, Caputo consideró que "a muchos se les recontra fue la mano" y citó el ejemplo de las empresas de medicina prepaga. "A mí me molestó", admitió.

"Después hay casos como la carne, que volvió a los niveles de diciembre y hay cada vez más. Lo importante de entender es que se llegó a esta situación no de casualidad. La rareza fue que Argentina por primera vez hizo los deberes y rápidamente", agregó.

"Estamos yendo por un modelo diferente. Lógicamente en el ADN del argentino está que todo va a salir mal y que va a ser todo lo mismo, pero tenemos que entender que para que el país cambie, todos tenemos que cambiar ciertas conductas. En el caso de los empresarios era algo bien concreto, porque explicándoles el programa económico y ellos reconociendo que habían calculado sus precios con el dólar a $2.000, tenían la opción de esperar al dólar o de retrotraer los precios y muchos están optando por eso", sumó el Ministro.

Asimismo, se refirió a la posibilidad de bajar la carga impositivo como algo que le "encantaría", pero que por ahora no sería viable. "Mucha gente dice ‘baje impuestos ya’. A mí me encantaría, pero uno no tiene las mismas herramientas de política económica que tienen los países tradicionales porque Argentina no tiene credibilidad. Si bajamos impuestos, la primera reacción es que vamos a recaudar menos", sostuvo.