A pesar de la economía en recesión, algunos sectores de la economía se mueven en sentido contrario a la tormenta financiera y económica que atraviesa Argentina. En ese plano, donde los déficit gemelos (el fiscal y el de la cuenta corriente) son la principal preocupación para el Gobierno, que repite que "no se puede vivir de prestado” y proyecta complicaciones en el futuro para conseguir financiamiento externo, al campo -único medio significativo de abastecimiento de dólares- se le sumará paulatinamente Vaca Muerta, la "nueva Pampa Húmeda” de la economía nacional.

Hace dos semanas, el ministro de Energía, Javier Iguacel, anunció que después de 14 años el país volvería a exportar gas natural. El destino será Chile, que comprará los excedentes de la producción del verano. En invierno, por otra parte, Argentina aún necesita importar para abastecer la demanda interna. La disposición del funcionario apunta a explotar el yacimiento de 30 mil kilómetros cuadrados ubicado en la cuenca neuquina.

La explotación de los yacimientos de Vaca Muerta aportó un 34% de la extracción total de gas natural y un 10% del petróleo.

Según cifras oficiales, en lo que va de 2018, la explotación de los yacimientos de Vaca Muerta aportó un 34% de la extracción total de gas natural y un 10% del petróleo. Pese al incremento significativo de la producción (162% de gas y 54% de petróleo) a "la nueva Pampa Húmeda” aún le queda un vasto territorio virgen de la actividad empresarial: de las 30 áreas para explotar, sólo cinco están desarrolladas -y no en su totalidad-, mientras que las 25 restantes todavía están en etapa de estudios geológicos previas a la actividad extractiva.

El desarrollo de los diferentes proyectos en la cuenca neuquina creó unos 4500 empleos directos (un 25% ligado a la producción y el 75% restante, a la construcción). Por otra parte, se estima que si se tienen en cuenta los empleos indirectos de las actividades aledañas, el número se triplica. Este proceso requiere de un nivel importante de inversiones. YPF, por ejemplo, ya lleva invertidos unos us$8400 millones en Vaca Muerta. En tanto, la población de las localidad capital del yacimiento -Añelo, ubicada en la provincia de Neuquén-, está cerca de haber triplicado su población y varios comercios se instalaron para abastecer a la creciente demanda de productos y servicios.

Si bien a corto plazo el objetivo central es recuperar el superávit comercial que supo tener el país en materia de comercio energético, tanto el Gobierno como los empresarios advierten que el potencial del yacimiento les permite trazar líneas para ir mucho más lejos. A futuro, las autoridades ven en Vaca Muerta un polo energético de más de 500 millón de trabajadores (entre directos e indirectos).

Finalizado el período de inversión, se espera que Vaca Muerta genere unos us$15 mil millones netos al año.

En cuanto a la balanza comercial, se espera que el yacimiento neuquino permita obtener dólares -aunque en cantidades inferiores- tan significativos como los del agro en una cosecha récord. Por eso el nombre de nueva Pampa Húmeda. Finalizado el período de inversión, se espera que Vaca Muerta genere unos us$15 mil millones netos al año, un objetivo central para acabar con el mal de los déficit gemelos que afectó a la Argentina -casi sin parar- durante más de 70 años.

De todo modos, tal como sustuvo el ministro Iguacel, para que las directrices se cumplan y el yacimiento se convierta en la segunda fuente de dólares para el país, es necesario que las 30 petroleras locales y extranjeras aumenten significativamente el caudal invertido en Vaca Muerta. En la misma línea, el funcionario apuntó a la necesidad de sumar eficiencia y abaratar los costos de logística.