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En el comienzo del discurso, Dujovne revalidó los logros de la gestión de Cambiemos, sobre todo haciendo hincapié en el crecimiento sostenido durante siete trimestres entre 2016 y marzo de 2018. Sin embargo, admitió que luego llegaron tormentas financieras para las que el país no estaba preparado, sobre todo debido a la vulnerabilidad económica heredada del gobierno kirchnerista.

 

"Estos shocks llegaron cuando todavía no habíamos terminado de corregir los desequilibrios económicos heredados y eso hizo que nuestro país fuera uno de los más afectados. Recibimos un déficit en las cuentas públicas superior a 5% del PIB, presión tributaria 4 en niveles récord, infraestructura pública deteriorada y casi un tercio de la población en la pobreza”, relató.

En ese sentido, confesó que Argentina entró en un marco de debilidad ante cualquier acontecimiento externo que, según el propio ministro, hace que el país sufra más que otras economías. En la misma línea, destacó la necesidad de avanzar a mayor velocidad en la convergencia fiscal, es decir, en reducir a cero el déficit primario, hoy superior a los dos puntos del PIB.

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