El mercado financiero aguarda con expectativa el inicio de las operaciones de hoy luego que el Gobierno tomó la decisión de frenar la intervención en el mercado bursátil para cerrar la brecha que existía entre el dólar MEP, el Contado con Liquidación, y el "blue" que habilitaba ganancias de hasta $40 por billete.   

Esta nueva estrategia sorprendió ayer a los operadores que observaron desde el inicio de las transacciones como el Banco Central se había corrido de la oferta de bonos y permitía una suba de los dólares financieros.   

De esta forma, el MEP aumentó 5,7% a $469,51, mientras que el Contado con Liquidación avanzó 7% a $487,45. En tanto, el "blue" cedió $1 a $486.   

Previa a esta decisión, cuando el Banco Central intervenía ofreciendo bonos para bajar la cotización del dólar abría una brecha entre el MEP el CCL y otras especies financieras que le permitía a los traders profesionales comprar y vender sobre esos papeles dentro del circuito oficial y hacerse de una diferencia del 1% o más con un simple "pasa manos".   

Economía apostaba a que la intervención para disminuir el costo de los dólares alternativos arrastraría al "blue" y forzaría una baja en su precio, pero ante la sostenida demanda en ese mercado la estrategia no dio los resultados esperados.   

Con las cotizaciones previas a la decisión que se adoptó ayer, cualquier pequeño o mediano inversor podía comprar dólares MEP con su tenencia en cuenta bancaria, luego retirarlos y venderlos en el "blue" con una ganancia de hasta $40 por billete.   

Al retirarse el BCRA del mercado de bonos, la cotización del MEP y del CCL se disparó y el spread con el dólar informal e incluso las demás variables posibles, se redujo y tornó mucho menos atractiva la operatoria de "arbitrajes".   

"En la medida que no se tomen medidas concretas vamos a ver un dólar con tendencia al alza", señaló el analista Salvador Vitelli, quien además consideró que, dada la velocidad de deterioro que se ve en ciertas variables de la economía, el inversor se vuelca a esa divisa.   

Para implementar esta estrategia, el Gobierno tuvo que avanzar en un canje de deuda en dólares por deuda en pesos de los títulos en poder de los organismos públicos.   

A su vez, tuvo que convencer al FMI de que le permita esta intervención ya que el organismo no estaba de acuerdo con este tipo de operaciones.