El consumo masivo sigue en caída y bajó un 17,1% en el bimestre agosto-septiembre en la comparación interanual, según un reciente informe de Nielsen IQ, que reveló que los niveles per cápita son semejantes a los registrados hace dos décadas en la Argentina.

La tendencia resulta inquietante ya que todos los canales de venta cerraron con números negativos en este último bimestre, y la retracción no discrimina entre supermercados, autoservicios y almacenes de barrio.

"Nosotros medimos agosto y septiembre, y lo que estamos viendo es una caída sostenida de aproximadamente un 17% en comparación con el mismo periodo del año pasado. Esto es muy similar al acumulado anual, que se encuentra cerca del 18% de caída", explicó Javier González, director comercial para Uruguay, Argentina, Bolivia y Paraguay.

El ejecutivo comparó el nivel de consumo actual con el de comienzos del milenio: "Hoy estamos a niveles per cápita similares a los de 2004 o 2005. El consumo masivo en Argentina está en un piso y, aunque ya no vemos caídas tan abruptas como al principio del año, tampoco vemos un repunte".

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Mientras que los supermercados mostraron una contracción del 22%, los almacenes y quioscos registraron caídas del 11% y el 16%, respectivamente.

Dentro del rubro de bebidas, la merma fue del 17,5% -el consumo de las alcohólicas cayó el 26,5% y las no alcohólicas el 13,9%- y la situación no varía demasiado en lo que respecta a los alimentos, sector que anotó una baja del 17,1%, impulsado sobre todo por la menor venta de golosinas (-20%), alimentos básicos (-18,9%) y no básicos (-14,7%). Por su parte, cuidado personal y limpieza también sufrieron retracción del 16,3%.

"Estamos viendo que, a pesar de que los precios de consumo masivo han subido a un ritmo estable, la inflación general y el aumento en otros rubros esenciales como transporte y servicios están quitando poder adquisitivo a las familias, lo que lleva a una contracción en el consumo de alimentos y bebidas", puntualizó González, quien manifestó que se habría "encontrado el piso de la caída del consumo".

El estudio llevado a cabo por la consultora también puso de relieve que los consumidores buscan alternativas más económicas, lo que impacta en las ventas de productos de marcas premium y aumenta la demanda de opciones de menor precio.

Asimismo, indicaron que la inflación en productos de consumo masivo creció en el último año, en parte, impulsada por la eliminación de los controles de precios. En ese sentido, remarcaron que en septiembre, la canasta de Nielsen se ubicó en el 284%, por encima de la inflación general del 209%.

"Al romperse el esquema de precios cuidados, la inflación en los productos que medimos se aceleró. Si bien algunos aumentos fueron menores a los del Índice de Precios al Consumidor (IPC), la pérdida de poder adquisitivo sigue siendo muy significativa para el consumidor promedio", detalló González.