Los mercados respondieron ayer después de una semana agitada en la City porteña. La devaluación que perforó la barrera de los $40 se tradujo en incertidumbre y golpeó a los ahorros en pesos. Sin embargo, el Gobierno cumplió con las expectativas de su nuevo socio estratégico: el FMI.

Al igual que integrantes del Círculo Rojo, el Fondo de Christine Lagarde prefiere que el valor de la divisa norteamericana gire en torno al valor actual, por encima de los $38 y debajo de los $41. Por eso, el FMI autorizó, de manera transitoria, las intervenciones del Banco Central para evitar una nueva corrida cambiaria que altere a los mercados.

Según revela Marceo Bonelli en el diario Clarín, David Lipton, el vicedirector del Fondo, fue quien monitoreó y autorizó en las últimas jornadas al BCRA a intervenir en el mercado de cambios. Hubo contacto directo con Luis Caputo. Sin embargo, en Balcarce 50 prefieren una moneda que gire en torno a los $37, una cifra que parece difícil de lograr en las próximas semanas.

Por eso, destacó que “cuando el billete tocó los 30 pesos, el equipo de Werner dejó trascender en Wall Street un dato inquietante: que para el FMI el billete seguía atrasado y tenía que ajustarse más”. Una expectativa similar a la de los exportadores y empresarios como Cristiano Ratazzi, un fiel alentador de la mega devaluación.

El FMI monitoreó y autorizó en las últimas jornadas al BCRA a intervenir en el mercado

La calma que se vivió ayer no parece convertirse en la foto de las próximas semanas, según analizan los principales economistas. Es que la depreciación del peso y los números de la inflación de agosto desalentaría un posible equilibrio financiero, mientras los Ceos de importantes compañías, entre ellos banqueros, mantienen la duda sobre qué sucederá después de Macri. Ponen bajo la lupa la capacidad de pago a partir de 2020.

Otro dato que alarma a los mercados y no colabora con un mensaje de tranquilidad es la interna persistente entre el Banco Central y el ministerio de Economía. La supuesta enemistad entre Caputo y Dujovne inquietó al Círculo Rojo. Y los rumores no se desactivaron ni mucho menos en los pasillos de la Casa Rosada.

La idea del FMI, al igual que la de Mauricio Macri, es atravesar un fin de semana mucho más calmo que el anterior, los días frenéticos en los que se decidieron los cambios en el Gabinete nacional. Cambiemos sigue en un camino de cornisa económica y políticamente, pero confía en salir a flote con el guiño que llega de Washington.