En el que será su segundo año de mandato, el presidente Javier Milei se prepara para enfrentar un desafío económico para el que espera contar con el respaldo del Fondo Monetario Internacional (FMI), y probablemente la mediación de Donald Trump: acumular dólares en el Banco Central para sacar las reservas del terreno negativo y reconfigurar el endeudamiento con el organismo internacional, en un contexto falta de acceso al mercado de financiamiento mundial privado.

Luego de que el Gobierno celebrara el logro de haber contenido la inflación en este 2024 -evitando que ingrese en lo que aseguraron que hubiera sido una hiperinflación e ingresando al nuevo año con la meta de mantener a raya la aceleración de precios y estabilizarla, de mínima, en un 2% mensual- el próximo paso será superar el escollo de la escasez de dólares, que en los últimos meses palió con el blanqueo de capitales y es un requisito clave para alcanzar el prometido y demorado levantamiento del cepo cambiario.  

Mientras que a nivel de los consumidores la contención de la aceleración de los precios fue probablemente el mejor termómetro económico para medir la satisfacción con la administración libertaria, para los mercados el nivel de reservas es crucial.

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Los inversores miran todavía con recelo ese aspecto, más allá de la gran cantidad de pasos dados por Milei y su equipo en pos de asegurarles un terreno seguro sobre el cual pisar. Desregulaciones, quita de impuestos y terreno más fértil para sus negocios son algunas de las semillas plantadas que ahora esperan que el Ejecutivo riegue con agua que haga florecer el caudal de billetes verdes y el acceso a nuevo financiamiento internacional.

El plan económico en este sentido comenzó el 2024 con una fuerte compra de dólares en los primeros meses, el cierre de la canilla de la emisión y la recomposición de las alicaídas reservas, que se coronó con el régimen de regularización de activos con beneficios hacia el segundo semestre.

Si bien las reservas llegaron en algún punto antes de julio a salir por un momento breve del terreno negativo, el ciclo de los primeros 12 meses de Milei en la Casa Rosada termina con el incumplimiento de un objetivo planteado con el FMI en lo que respecta a tener unos USD 10.000 millones en ellas. A pesar de que este aspecto genera cierta incomodidad en el equipo económico que encabeza Luis Caputo, lograron que el FMI les levante el pulgar.

Así, desde el Fondo ratificaron que "las negociaciones están en marcha" para un nuevo acuerdo. Además, la directora de Comunicaciones del organismo multilateral de crédito, Julie Kozack, aseguró: "Las autoridades argentinas han seguido implementando su programa de estabilización económica, y han logrado resultados impresionantes". Entre ellos, destacó "una reducción considerable de la inflación, los superávits fiscales, y una mejor cobertura de las reservas internacionales".

Con todo, es sabido que sin dólares en el Central y con el mercado mundial de financiamiento privado cerrado para la Argentina, las posibilidades de sumar reservas y a la vez cumplir con los pagos de deuda en tiempo y forma es complejo.

En el mismo sentido, resulta central estabilizar esa situación para consolidar lo que el Gobierno ha aplazado a una segunda etapa de su plan económico, como es la salida del cepo.

Es por esto que en su discurso transmitido en cadena nacional al cumplirse el primer aniversario de la llegada al poder, el pasado 10 de diciembre, Milei prometió junto con la llegada de la "motosierra profunda", la eliminación "para siempre" del tipo de cambio sostenido ficticiamente por el Estado.