Este año electoral no sólo ha llevado a los medios a numerosos políticos que quieren presentarse en los comicios. Dado que la principal preocupación de la gente, según los sondeos de opinión, es la economía, también los economistas desfilan por los diarios, las radios y las pantallas para dar su diagnóstico de la recesión económica en la que está sumergida el país desde el segundo trimestre del año pasado.

Ortodoxos o heterodoxos, la mayoría de los economistas coinciden en que el plan económico y financiero del oficialismo no tiene buen destino. Incluso, un grupo de exfuncionarios y consultores integrado por Domingo Cavallo, Miguel Ángel Broda, Ricardo López Murphy y Guillermo Calvo están armando un plan económico para presentarle al próximo Gobierno, ya sea un eventual segundo mandato de Macri o una alternativa kirchnerista o del PJ Federal.

Carlos Melconian y Rodolfo Santangelo son socios en la consultora Macroview S.A. Ambos hacen un diagnóstico similar y no optimista de la situación económica: calificaron al plan del FMI como "picapiedra” ya que es muy rudimentario y que las altas tasas de interés que mantiene el Banco Central traerán "malas noticias en materia de actividad por mucho tiempo”

"El programa actual que se está aplicando es principio de Economía. Son cosas muy básicas, los argentinos venimos con una economía que hace ocho años que no funciona y vino el Fondo Monetario Internacional (FMI) y nos dijo que volvamos a lo básico: no emitas, no gastes y no malgastes tu reserva”, analizó Santangelo.

El economista y exsecretario de Finanzas Guillermo Nielsen, con una amplia agenda de contactos internacionales, señala que hay muchas preocupaciones en Wall Street con la Argentina. Además, explicó que existió una interna dentro del FMI sobre el préstamo que recibe plurianualmente la gestión de Mauricio Macri.

"El directorio del FMI no quería aprobar el segundo acuerdo pero Donald Trump les dobló el brazo”. En tanto, manifestó una nueva preocupación sobre el préstamo recibido por Macri.

En concreto, en el segundo acuerdo, el Gobierno pidió que se adelantaran al año electoral los giros del préstamo que estaban pactados para 2020 y 2021. Esto supone que este año, Argentina recibirá USD 22 mil millones de la entidad que preside Christine Lagarde. A priori, el Poder Ejecutivo pensaba utilizar una parte y dejar 8 mil millones para el próximo año, sin embargo, según Nielsen, podrían gastarse en el año electoral para aumentar las chances de la reelección de Macri.

La exministra de Economía de Daniel Scioli, Silvina Batakis, también alertó la posibilidad de una corrida cambiaria si el sector agrícola no liquida la cosecha gruesa, una hipótesis que también sostuvo Santangelo al afirmar que el será clave que "el chacarero no se encanute la cosecha”. De todos modos, este jueves por la mañana, el empresario sojero Gustavo Grobocopatel aseguró que el campo liquidará la producción porque necesita "subsistir”, aunque los datos de este año reflejan que la liquidación está siendo postergada.

Batakis manifestó además que la política oficial "es fallida” y que las tensiones sobre el tipo de cambio continuarán debido a que la Argentina "no genera dólares genuinos”, sino que estos sólo ingresan mediante la toma de deuda. "Eso es porque estamos en mal camino y esto repercute en la economía real. Así se explica que haya sectores industriales como el automotor que están operando al 15,7% de su capacidad instalada según el INDEC", dijo la economista en declaraciones a radio Delta 90.3.

Miguel Ángel Broda, uno de los economistas más consultados por el Presidente aseguró que Roberto Lavagna se ha ganado las preferencias del círculo rojo de cara a las próximas elecciones. "Yo votaría a Macri, pero la clase empresaria argentina, mis clientes, no piensan como yo. Hoy, la clase empresaria argentina prefiere a Lavagna”, sentenció, según consignó el periodista Leandro Renou en Letra P. Sostuvo, además, que el Gobierno llega con chances a las elecciones, pero que su modelo económico es macroeconómicamente inviable.

El economista Juan Carlos de Pablo pone el foco en la espada de doble filo que significa la herramienta de la tasa de interés para contener al dólar. En síntesis, cuando la tasa sube se controla el tipo de cambio pero la economía real sufre los efectos con más recesión; por el contrario, cuando la tasa baja, el dólar escala y el impacto se genera en términos inflacionarios.

El jueguito tasa-dólar termina muy mal, lo dicen los libros, la teoría y el sentido común. Subir las tasas para que no compres dólares es un engaña pichanga porque, en algún momento, no hay tasa que evites que vayas hacia el dólar”, expresó De Pablo en diálogo con Radio Mitre el lunes. El problema de fondo, dijo, "es que tenés la política económica partida en 400 pedacitos, nadie parece estar a cargo y cada uno hace lo suyo”.