Control de la corrida: Caputo, la espada de Cambiemos que brinda seguridad a los inversores
Entre los vencedores de la corrida cambiaria aparece el ministro de Finanzas, Luis Caputo, quien, junto con Federico Sturzenegger, orquestó el supermartes en el que vencían 620 millones de pesos en Lebacs. Sin una victoria categórica, el ministro experto en cazar capitales permitió que el Gobierno gane tiempo. Ahora, con el dólar oscilando los $25 pero estable, el tándem de la jefatura de Gabinete, Gustavo Lopetegui y Mario Quintana, perdió poder puertas adentro de Cambiemos y, en su lugar, se levantaron las espadas económicas del Gobierno.
Este lunes, Caputo fue el principal orador del encuentro de AmCham (la Cámara de comercio norteamericana en Argentina) y fue presentado por el presidente local del JP Morgan, Facundo Gómez Minujin, como “el artífice de lograr detener las turbulencias cambiarias de las últimas semanas”. Discutido dentro del país por numerosas irregularidades entre su rol como funcionario y sus múltiples participaciones en empresas privadas, Caputo es respaldado siempre por el Gobierno y desde el presidente, Mauricio Macri, al jefe de Gabinete, Marcos Peña, lo catalogan como una pieza fundamental y un experto en finanzas internacionales.
En esa línea, el ministro explicó los acontecimientos de las últimas semanas, desde cómo tomó las riendas en la corrida cambiaria hasta la decisión -poco feliz según los sondeos- de volver a pedir financiamiento al Fondo Monetario Internacional que preside Christine Lagarde. Caputo siempre recalca que el Gobierno supo prevenir esta situación y que, por eso, jamás reinó la incertidumbre en Casa Rosada.
"No fue casualidad que hayamos prefinanciado el 85% de nuestras necesidades presupuestarias a principio de año. Veníamos hablando de que este era un escenario posible. Uno no tiene la bola de cristal, pero después de muchos años de estar en el mercado y ver lo que estaba pasando había una posibilidad cierta de que los mercados emergentes se pusieran más difíciles", explicó Caputo.
Además, el ministro remarcó que Argentina vuelve al Fondo Monetario en un escenario complementamente distinto. Según destacó, esta vez lo hará de forma preventiva y para anticiparse a futuras turbulencias, “en una situación sólida”. Es una gran diferencia con el pasado, no solo porque es otro Fondo, sino porque lo hacemos en una situación preventiva. Si ocurre otra situación de turbulencia tenemos que dar certidumbre a la gente, a los inversores y a los mercados", sostuvo.
"La situación se había puesto más complicada en general. Nos parece que era nuestra obligación mostrar una respuesta rápida. Estamos eliminando esas dudas lógicas que hubo en el último mes y medio, que eran cómo nos íbamos a financiar y a qué tasas".
Cuando fue consultado sobre por qué el país volvía al Fondo en este momento particular, el ministro explicó que, de volver cuando Macri comenzó a gobernar, debido a lo golpeados que estaban los números macroeconómicos de Argentina, el FMI seguramente hubiese pedido un ajuste mucho más veloz y, por eso, se decidió seguir un rumbo gradualista financiado por los mercados de crédito internacional, que en estos días elevaron la tasa de interés muy por encima de la que ofrece el Fondo Monetario.
"Heredamos una situación política, económica y social que nos hacía muy dificultoso elegir otro camino que no fuera esta convergencia gradual. No estaban dadas las condiciones para hacer una convergencia mayor a la que estábamos haciendo. El mercado en ese momento sí financiaba ese gradualismo. Tal vez el Fondo nos hubiera pedido una mayor velocidad", concluyó.