El consumo interno continúa en declive. La recesión económica y los altos indices inflacionarios tienen su correlato en las ventas en supermercados y shoppings, que en mayo acumularon 11 meses consecutivos de caída.

Según divulgó el Indec, las ventas en supermercados disminuyeron 13,5% de manera interanual. En los mayoristas, el descenso en las ventas también fue de 13,5% respecto a abril de 2018.

Las diferencias de las nuevas estadísticas en relación a los meses anteriores radica en que es el primer mes que contemplan al programa paliativo de Productos Esenciales, que desde el 22 de abril congeló los precios de 64 alimentos y bebidas en los grandes supermercados. Sin embargo, las ventas se contrajeron respecto a abril en 1%.

Los rubros más afectados fueron las carnes y los lácteos, que subieron sus precios 67,1% y 61,9%, respectivamente, de manera interanual. Fueron los únicos que se ubicaron por encima de la inflación, que anualizada entre mayo de 2018 y 2019 dio 57,3%.

El desplome en los shoppings fue más pronunciado aún. En los grandes centros de compra, las operaciones comerciales disminuyeron 18,7% con relacion al mismo mes del año anterior, pese a que mostraron un aumento del 5,5% respecto a abril de 2019.

Los datos de los primeros cinco meses golpean las ambiciones de reelección del Gobierno, ya que son una clara evidencia de que el piso de la crisis no aparece. En este lapso, las ventas en supermercados acumulan una baja del 12,7%, en los autoservicios mayoristas del 14,1% y en los shoppings del 17,8%, todos comparados con igual período de 2018.

En Argentina, el consumo explica casi tres cuartas partes del producto. Pese a la actual estabilidad cambiaria y la consistente -aunque lenta- desaceleración de la inflación, los índices representan un nuevo dolor de cabeza para la Casa Rosada.