Dentro de la batería de medidas que el presidente Javier Milei publicó este jueves a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) de casi 90 páginas que desglosa el plan de desregulación económica más grande que conozca la Argentina, las empresas públicas y los clubes de fútbol comparten un denominador común: a partir de este momento, quedó habilitado en ellas un proceso privatizador que busca pasar a manos de sociedades anónimas su administración, lejos del paraguas del Estado.

Con Aerolíneas Argentinas como bandera del desembarco privado, la norma incluye un pormenorizado detalle sobre cómo tanto esa compañía estatal como otras empresas públicas -e incluso los clubes de fútbol- tendrán libertad para ser compradas por aquellos que puedan y quieran apoderarse de ellas.

Así, Milei comenzó a plasmar una a una las que hasta ahora eran promesas de campaña bajo el ícono de la motosierra.

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El punto 18 de las 30 medidas sobre las que hizo foco Milei a lo largo de la cadena nacional que emitió previo a la publicación en el Boletín Oficial de la medida, se refiere a la cesión de acciones de Aerolíneas Argentinas y de Austral a los empleados.

De acuerdo a lo pautado, ese traspaso podrá hacerse de forma parcial o total, de conformidad con el Programa de Propiedad Participada. “La cesión de los nuevos derechos se prorrateará entre los empleados que decidan participar en dicho programa de ampliación”, explicaron desde el Ejecutivo.

"Los empleados que participen de más de una de estas empresas deberán optar por su participación en una de ellas”, especificó el DNU.

Por otra parte, el impulso a la desregulación económica modificó dos leyes que aplican sobre la aviación comercial, abriendo así la posibilidad de una comenzar una nueva política de “cielos abiertos”, en las que se habilita a cualquier aerolínea, siempre y cuando demuestre “solvencia técnica y financiera”.

En la misma línea de desregulación quedaron sumidas las empresas públicas y sociedades del estado, ya que Milei y su Gabinete derogaron la normativa que impide su privatización y el régimen de sociedades del Estado.

En el Capítul 2 del decreto, fijó la necesidad de transformar todas las empresas del Estado en sociedades anónimas, para su posterior venta a particulares. El articulo 48 precisa que “las sociedades o empresas con participación del Estado, cualquier sea el tipo o forma societaria adoptada, se transformarán en Sociedades Anónimas”.

“Esta disposición comprende a las Empresas del Estado que no tengan una forma jurídica societaria, las Sociedades del Estado, las Sociedades Anónimas con Participación Estatal Mayoritaria, las Sociedades de Economía Mixta y todas aquellas otras organizaciones societarias donde el Estado nacional tenga participación en el capital o en la formación de las decisiones societarias y no se encuentren constituidas como sociedades anónimas”, agrega.

Además señala que “las Sociedades Anónimas transformadas estarán sujetas a todos los efectos a las prescripciones de la Ley General de Sociedades N° 19.550, T.O. 1984 y sus modificatorias en igualdad de condiciones con las sociedades sin participación estatal y sin prerrogativa pública alguna”.

¿Qué cambios trae el DNU de Milei en los clubes de fútbol?

En el caso deportivo, el megadecreto habilita a los clubes de fútbol a transformarse en sociedades anónimas deportivas (SAD), al estilo de sus pares europeos. La medida, que modifica la Ley de Deportes y la Ley de Sociedades Comerciales, implica que las entidades pueden dejar de ser asociaciones civiles -si así lo desean- para pasar a manos de inversores o accionistas.

El DNU expresa que las asociaciones civiles que decidan transformarse en SAD deberán cumplir con los siguientes requisitos:

  • Aprobar una modificación de sus estatutos para adaptarlos a las disposiciones de la Ley de Sociedades Comerciales
  • Obtener la aprobación de la mayoría absoluta de los asociados en una asamblea extraordinaria
  • Tener la autorización de la autoridad de aplicación de la Ley de Deportes

Además, el decreto establece que las SAD podrán participar de los beneficios impositivos y previsionales previstos en la Ley de Deportes. Esta transformación de los clubes podría generar un importante cambio en su estructura y forma de gestión, al tiempo que cambiaría la relación con los socios, su identidad y tradiciones.

Al mismo tiempo, podría acentuarse aún más la desigualdad entre los clubes, ya que aquello con mayor capacidad económica podrían tener una ventaja competitiva sobre el resto.