Los efectos de la devaluación y la recesión económica ya traspasaron la frontera argentina: el turismo de argentinos en Punta del Este se desplomó un 30%, respecto al año pasado.

Las esquirlas de una crisis comparable al estallido de 2001 alcanzaron a Uruguay, que por su cercanía y sus atractivas y exclusivas playas se había configurado, junto a Brasil, como uno de los destinos predilectos de los argentinos.

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Según datos publicados por el Ministerio de Turirsmo uruguayo, se registraron un 30% menos de argentinos, un 7,7% menos de gasto y una caída estimada en divisas que "va a pasar los US$300 millones esta temporada".

Y aunque aumentó el ingreso de turistas provenientes de Paraguay, Colombia, México, España e, incluso, Bélgica e Israel, las inclemencias de la crisis se sienten con dureza.

"Llevo 35 años trabajando en esta Oficina de Turismo y este es de los peores años que he visto", explicó Rosana Panigatti, cuyo comercio se encuentra sobre la avenida principal de la península esteña.

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Para Paulina Bidegain, dirigente de una gremial hotelera que administra 72 establecimientos en Punta del Este, la situación es diferente. "Los ricos siguen viniendo", aseguró, en tanto explicó que los hoteles de 4 y 5 estrellas mantienen una ocupación del 75%.

Sin embargo, los embates de la recesión argentina se sienten en los turistas de menor poder adquisitivo. "En los departamentos y hoteles de 3 estrellas para abajo hay mucha menos ocupación, apenas entre 40 y 60%, y a la baja", lamentó.