El entusiasmo por el miedo
El gobierno argentino tiene miedo de enfrentar a terroristas mapuches, arreglar presupuestos de Defensa, darle salida a los 5000 ñoquis camporistas del Correo Argentino; ni hablar del par de miles de empleados que sobran en Aerolíneas Argentinas. Sin embargo, se persigue a Uber, a 100 tipos que se ganan el mango por fuera de la mafia taxista de Viviani. Miedo al cambio.
Miedo a ofrecerle apoyo a Trump en su lucha contra el terrorismo internacional, o sea, a jugársela por Occidente. "Volver al mundo” pero en forma asustadiza, dejando bien estipulado que se juega por el Partido Demócrata, como si éstos tomaran nota y lo fueran a recordar si vuelven en unos años. Además, se insiste en recibir a Obama y se promociona orgullosamente un mano a mano de golf con él. Miedo a aceptar que el mundo cambió.
En la primera visita de Macri a Estados Unidos, Trump se burló de él frente a todos los periodistas porque le pedía "por los limones”. Pocas veces en la historia se vio un bulleo de ese tipo. Inimaginable a esos niveles. Los periodistas se reían, Macri miraba al piso. Sin embargo, el desenlace de aquello fue nombrar a un limonero de embajador. Miedo a salir de una burbuja superflua y comprometerse con los temas de adultos.
Hay que ayudar, enseñar a tenerle miedo al miedo. Explicar (si quieren, en esa hoguera de idiotas que son las charlas TED) que el miedo mata entrepreneurs y también mata gobiernos. Y al final, mata sociedades enteras.