El líder del campeonato de Fórmula 1, el neerlandés Max Verstappen, logró hoy una aplastante octava victoria consecutiva en un uno-dos de Red Bull junto al mexicano Sergio Pérez en el Gran Premio de Bélgica.

Tras conseguir la decimotercera victoria consecutiva, Red Bull se convirtió en el primer equipo en 73 años de historia del deporte en ganar las 12 primeras carreras de una temporada, una más de las que McLaren logró en 1988 con los astros Ayrton Senna y Alain Prost.

Verstappen, que salió sexto después de una penalización de cinco puestos en la parrilla, amplió su ventaja en el campeonato sobre Pérez a 125 puntos -equivalente a cinco carreras- después de recibir la bandera a cuadros 22,3 segundos por delante del mexicano.

"Sabía que teníamos un gran auto, sólo se trataba de sobrevivir a la primera curva", dijo el doble campeón del mundo, quien ganó en Bélgica los tres últimos años consecutivos, incluso desde la posición 14 de la parrilla el año pasado.

Y agregó: "A partir de ahí hicimos los adelantamientos y los movimientos adecuados". Verstappen se encamina hacia su tercer título con muchas carreras por delante, por lo que la única duda real es dónde podría sellarlo.

Charles Leclerc, que partía desde la pole con Ferrari, completó el podio, mientras que Lewis Hamilton fue cuarto y aseguró la vuelta rápida para Mercedes.

El uno-dos fue el quinto de la temporada para Red Bull y tan cómodo para Verstappen que sus conversaciones por radio con el ingeniero de carrera Gianpiero Lambiase dieron mucho más que hablar y mostraron su confianza suprema.

"¿También podría seguir adelante y hacer otra parada? Un poco de entrenamiento de paradas en boxes", sugirió a 14 vueltas del final. "No, esta vez no", fue la respuesta.

Lambiase había dicho antes a Verstappen que "usara un poco más la cabeza" y cuestionó si había sido sensato que el piloto forzara tanto los neumáticos en su vuelta de salida tras una parada. "Max, por favor, sigue mis instrucciones y confía en ellas", le dijo Lambiase a su piloto ya en la vuelta 12 después de que se cuestionara su palabra.