Juan Martín Del Potro está disputando ante el serbio Novak Djokovic su segunda final de un Grand Slam, en el mismo escenario en el que, con tan sólo 20 años, se consagró en el 2009 tras una memorable final en la que superó por 3-6, 7-6, 4-6, 7-6 y 6-2 al mejor jugador de todos los tiempos, Roger Federer.

Además de la motivación por obtener un nuevo título en Nueva York, el tandilense cuenta con el aliciente de poder posicionarse a tan sólo 120 puntos del segundo puesto en el ránking mundial, lugar que hoy ocupa el inoxidable suizo.

Pese a la reciente lesión que lo marginará durante un mes de las canchas, Rafael Nadal está consolidado en la cima de la clasificación. Sin embargo, Delpo vislumbra un escenario propicio para continuar escalando, debido a que el único trofeo que deberá revalidar de aquí en adelante es el Abierto de Estocolmo, que entrega una exigua cantidad de unidades -250 al campeón- en comparación con las competencias más trascendentes que quedan por jugar: los Masters 1000 de Shanghai y París, y el ATP World Tour Finals, en Londres, que reúne a los ocho mejores tenistas de la temporada. 

De alzarse con el trofeo esta noche, Djokovic rebasará a Del Potro en el escalafón, lo relegará a la cuarta posición y será él quien se acerque a Roger Federer, el que más puntos defiende hasta fin de año. Es que el helvético tuvo un gran cierre en 2017, venciendo en el ATP 500 de Basilea, y en el mencionado Másters de Shanghai, además de alcanzar las semifinales del torneo de maestros, competición que ni el serbio ni el argentino lograron disputar.

A raíz de su lesión en el codo, Djokovic se mantuvo al márgen de los torneos desde julio pasado, tiene todo por sumar y, de triunfar hoy, llenará de interrogantes la carrera hacia el número 1 hasta el cierre del calendario.